Bienvenidos

Bienvenidos a mi blog personal.
Me llamo Fran y soy Pescador Submarino.

La idea de este Blog es tener mi propio rinconcito donde ordenar todo mi material para poder compartirlo con los amigos y compañeros de este mundo de la pescasub.

Hay contenidos en relación con el material de pesca y diversas adaptaciones que yo hago, pruebas etc (M). También hay relatos de jornadas de pesca (R) y por supuesto también me haré eco de las noticias (N) publicadas por la Asociación de Defensa de la Pesca Submarina (ADECASUB) , de la cual soy presidente en la actualidad.

Siéntete libre de comentar todo lo que te parezca oportuno.

Saludos y Bienvenido

03 mayo 2007

(R) Un lila muy oscuro

Tras una temporada muy dura de trabajo, por fin el puente de mayo, la primavera en pleno auge. Hace unas horas que he quedado liberado del trabajo y pienso aprovechar este corto periodo vacacional a tope. La casi ya desaparecida palabra mágica vuelve a brillar de nuevo en mi frente, estamos en pleno DENTEX TIME. Se aproxima el día D y la hora H, se que este puente será afortunado y mi nevera no volverá vacía.

Mis planes para el puente son pescar mucho, pero descansar mucho también, tengo que recuperar muchas horas de sueño perdidas y quiero ir al agua en las mejores condiciones. Por eso decido que el viernes por la tarde me quedaré en casa descansando e iré a pescar ya el sábado por la tarde. Sin ninguna prisa, el sábado a las 11 de la mañana salgo de mi casa rumbo al merecido descanso.

Llego a mi casa de la playa cerca de las 14:00 tras haber pasado previamente por algunas tiendas y demás. Se nota el puente, el pueblo habitualmente desierto presenta bastante vida, gente en la playa se atreve a bañarse, a jugar en la orilla, en la arena… Mientras voy descargando las cosas del coche y acomodándome en casa llamo a Álvaro, que anda jodido pues se hizo una fisura en el empeine jugando al fútbol justo el miércoles pasado y se perderá el puente. Aún así se acercará a mi casa por la noche para la cena. Llamo a Andrés y Rafa que también vienen a cenar y se quedan para pescar mañana Domingo.

El mar está tranquilo, el agua aparentemente limpia presenta los típicos contrastes de colores turquesas propios de los arenales con las zonas azul oscuro de las rocas y algares mientras la suave brisa peina la superficie y sofoca ligeramente la ya poderosa acción del astro rey. Todo pinta muy bien, además no logro divisar ninguna boya pescasub en la zona y me apresuro en ataviarme para reencontrarme de nuevo con mi amado mediterráneo y sus criaturas.

Para la ocasión decido poner de titular a una de las grandes promesas del panorama armamentístico: ASSO90-TOVARICH. En las primeras inmersiones, un banco de mújoles me hace las veces de diana móvil para probarlo: SUBLIME. Era un tiro fácil, objetivo tranquilo a no mucha distancia y pez en el hilo sin problemas. Tal y como me habían dicho, una MAQUINA DE COSER.

Una vez comprobada la asombrosa manejabilidad del arma (equivale a un 75 de gomas) y su magnífico alcance me desplazo a zonas más propicias para las artes venatorias (mis ya famosas piedras VIP, very important piedra). Conforme me adentro y cojo profundidad las limpias aguas de la orilla se tornan verdosas quedando reducida la visibilidad a escasos 5m, que no está mal, pero llevaba el ánimo de aguas claritas. Las condiciones desde luego son ideales para el estreno del ASSO90. Se ve movimiento, en una espera una dorada maja juega peligrosamente con la muerte, finalmente gana la dorada.

Decido hacer ranchillo para la cena, que ya que vienen los colegas, intentaremos cenar pescado. En una visera que conozco, un corvallo de tamaño contenido me da la pista de quien es su vecino. Tras un acecho por el fondo, adivino la silueta serranida y oscura que patruya ignorante antes de descubrir mi presencia, obviamente, demasiado tarde. Resultó ser de escaso tamaño, pero no por eso dejó de formar parte del menú.

Más tarde, en zona dentonera, durante una espera aparece un banco de dentones pequeños. Como es habitual, su insolencia insultante ponen a prueba mis nervios y aguardo paciente la llegada de un congénere más grande. En la penumbra un reflejo algo mayor llama mi atención, su comportamiento más reservado me hace comprender que es un ejemplar algo más grande, aunque no destacable. Tras un par de artimañas tanto el dentón como yo mismo nos preguntamos por donde ha pasado la varilla, pero la tensión en el hilo da una respuesta contundente.

Con la cena de calidad asegurada decido dar por terminada la jornada pesqueril.

El domingo nos levantamos sin prisas (8am) los tres mosqueteros para dirigirnos a la zona de pesca elegida. Dada la turbiedad del agua en mi zona, nos decantamos por un pequeño desplazamiento. Al llegar a la zona vemos que ya hay alguna boya en el agua, pero no en la zona que queríamos tocar, por lo que nos vamos cambiando y al agua.

En la mano mi ASSO115-NO TOVARICH (todavía) con el que en esta ocasión no haría ni un tiro. En esta ocasión fue Izand quien tuvo una buenísima oportunidad de cepillarse un buen cacharro, pero “algo” falló y no pudo ser. La jornada pasó sin demasiadas cosas que contar (salvo la buena compañía de los dos fenómenos claro…)

Tras una buena comilona como tiene que ser, me pegué una siesta de campeonato… de las que hacen afición. Por la noche llamo a Álvaro a ver que va a hacer el lunes… quedamos en salir con el velero de mi tío a echar un curri el lunes por la mañana, pues el agua turbia no iba a permitir mucho más. La idea es regresar a comer y yo por la tarde intentaría tentar a los dentones de nuevo.

Al salir con el barco por la mañana nos sorprende la claridad del agua. Ante esto, damos la vuelta en redondo en la misma bocana del puerto y vuelvo a por mi equipo, ha habido un pequeño cambio de planes. La idea es hacer un poco de acuaplaning remolcado por el barco en busca de piedras y barras por ahí, como no tengo sonda en el barco, pues yo mismo hago de sonda humana.



Tocamos unas primeras piedras en 6-7m que están desiertas pero me da que el agua sigue sin estar limpia. Efectivamente, solo hay 6m de visibilidad lo cual va a entorpecer mucho el sondeo pues teníamos pensado tocar zonas de 15 a 20m. Vamos tirando de GPS y la siguiente marca en 12m ya nos cuesta encontrarla, tengo que ir constantemente a una profundidad de 7-8m para poder ver el fondo lo cual hace que sea muy difícil. A pesar de la aparente tranquilidad del agua, hay una mar de fondo solo apreciable en el propio fondo.

Durante un buen rato damos largos paseos por un bonito desierto submarino. La profundidad de 15m hace que saque el máximo aprovechamiento de la cuerda que teníamos disponible para el acuaplaning y aún así me cueste ver el fondo. Arena y alga se intercala sin el más mínimo resquicio de vida, ni un escalonito, si una piedrecita suelta… nada.

De repente, justo antes de finalizar una inmersión, cuatro bogas a media agua llaman mi atención, me fijo un poco más e intuyo una pequeña estructura rocosa. Me suelto del artilugio que me arrastra y quedo suspendido a media agua. Termino de subir y aviso a Álvaro que voy a probar unas piedras. Álvaro se aleja con el barco para no interferir.

Ventilo un poco y caigo lentamente sobre omnipresente pradera de posidonia. Desde abajo tengo una mejor perspectiva de la zona y compruebo que existe cierto relieve y que un poco más lejos parece que hay un escalón. La visibilidad en el fondo será de unos 6m. Miro a mi alrededor en busca de indicios de vida pero solo alcanzo a ver unos serranos que desde lejos me miran atónitos. La fiel Julia hace acto de presencia y realiza su fiel recorrido de izquierda a derecha a un palmo de las gafas. Inesperadamente un manto de bogas inunda la escena apareciendo por mi retaguardia. Parecen nerviosas y se mueven coordinadas de un lado para otro. Al girar la cabeza hacia atrás descubro con asombro la silueta romboidal de 4 breados gigantes que avanzan pegados al fondo, los cuales al percatarse de mi presencia modifican su trayectoria para mantenerse fuera del alcance mientras yo hago lo posible por girarme lo más disimuladamente posible. Cuando ya consigo la orientación adecuada los breados están fuera de alcance y se pierden en la penumbra. Advierto en mi D3 de lo poco aconsejado que sería prolongar más la apnea en espera de su retorno (y más conociendo la parsimonia de estos animales). Decido ascender lentamente, y probar de nuevo ya con la orientación adecuada. Al subir advierto a Álvaro de que voy a probar de nuevo para que se mantenga alejado con el barco.

Después de no haber visto un vivo en toda la mañana, el encuentro con los soldados me ha dejado el pulso en condiciones poco recomendables para el buen desarrollo de la apnea por lo que tardo unos instantes en reponerme.

Inicio de nuevo la inmersión, todo tiene que salir perfecto. Golpe de riñón silencioso, fusil escondido, cuatro paladas para vencer la flotabilidad y me dejo caer como una hoja. Inerte voy descendiendo en el caldo verdoso, a ciegas completamente. Sobre los 8 metro ya se intuye el fondo, veo el escalón de antes, es grande y forma una especie de media luna, con ligeros desprendimientos y alguna roca grande más separada. No veo pescado encuevarse, parece desierto. Las bogas ya me acompañan en los últimos metros invadiendo la escena con su sincronizado bailoteo. Caigo suavemente a la vez que saco el ASSO115 y me encaro desde un extremo del escalón hacia el otro. La ausencia de corriente me hace dudar de cómo ponerme pero al poco de caer salgo de duda al aparecer de nuevo los soldados. Son tremendos, preciosos. Parecen muy tranquilos y se acercan despacio, curiosos ante mi presencia. Ya tengo a tiro uno muy grande, tendrá fácil los 2’5kg, el resto de sus compañeros andan por ese peso también. Las bogas andan alocadas y justo delante de mi se abren como el telón de un teatro, me quedo inmóvil, me olvido de los breados que aún andan por ahí tranquilos, paseándose a dos metros de mi lado más oscuro. Aparece de entre las bogas un dentón, no es grande, de hecho es más pequeño de que los breados, viene directo y pega un quiebro a 4m de mi, cuando aparto la vista y vuelvo a mirar al horizonte veo un banco de dentones, ya más grandecitos, 2’5 a 3kg, todos vienen directos y decididos hacia mi… hace tiempo que me olvidé de los breados, pero aún siguen por ahí. Entre los dentones que vienen hay uno que destaca, viene más cerca del fondo que los demás, igualmente decidido. Los 115 cm de mi Asso y sus 18kg de presión enfocaban su ira hacia la gran cabeza dentuda que se abalanzaba sin temor hacia la muerte.

El impacto de los 7mm sobre su mejilla derecha no fue suficiente para reducirlo y el carrete tuvo que trabajar duro para finalmente dejarlo sin fuerzas entre la posidonia.

Tras la captura, las fotos de rigor, el correspondiente marcaje de la zona en el GPS etc. Volveríamos más adelante a la zona pero ya solo quedaban las bogas, mucho más tranquilas.







Tras la agotadora jornada fue imposible no dejarse caer en brazos de Morfeo lo que quedaba de tarde.

El martes, último día, quedé con Andrés para tocar su huerto. Aunque no fue demasiado fructífera la jornada, yo conseguí hacerme con un bonito espetón que haría compañía a mi querido lila en la nevera de camino a Albacete.



P.D. Perdonad el tocho, pero después de tanto tiempo, ya había ganas…