Bienvenidos

Bienvenidos a mi blog personal.
Me llamo Fran y soy Pescador Submarino.

La idea de este Blog es tener mi propio rinconcito donde ordenar todo mi material para poder compartirlo con los amigos y compañeros de este mundo de la pescasub.

Hay contenidos en relación con el material de pesca y diversas adaptaciones que yo hago, pruebas etc (M). También hay relatos de jornadas de pesca (R) y por supuesto también me haré eco de las noticias (N) publicadas por la Asociación de Defensa de la Pesca Submarina (ADECASUB) , de la cual soy presidente en la actualidad.

Siéntete libre de comentar todo lo que te parezca oportuno.

Saludos y Bienvenido

30 diciembre 2006

(R) Último cartucho del 2006

Bueno, la verdad es que he gastado todas mis energías en escribir el otro relatillo "Una tarde tonta de navidad" y en este solo pondré las fotos de una (para mi) gran pesquera que tuve ocasión de realizar el sábado junto con dos maquinas: Jesus y Juan Antonio. Salimos en barca (cómo mola lo de la barca cohoneeeee!!!) y tras tocas varias marcas por la zona de San Pedro conseguimos un bonito pasador.









29 diciembre 2006

(R) Una tarde tonta de navidad

Viernes 29 de Diciembre de 2006

Días grises, fríos y nublados han descargado toda la fuerza del duro invierno en la zona. El fuerte temporal ha azotado la costa con grandes olas que rompían con estruendo contra las rocas y removían el fondo levantando todo el sedimento arenoso.
Como es obvio son condiciones poco propicias para llevar a cabo nuestro deporte, sin embargo el viento paró... el cielo se despejó y el sol volvió a brillar regalándonos unos inmejorables 17ºC. Para hoy viernes, el agua vuelve a estar calmada. El sedimento va posando y la visibilidad se ha restablecido.

Como viene siendo habitual he seguido todo este proceso desde Albacete, sin quitar ojo de las tablas meteorológicas y las web cam lo cual no ha hecho más que enfatizar mis ansias de ir al agua este último fin de semana del año.

Son las 13'30 y me encuentro en el curro completamente desesperado viendo como un absurdo traspaso de ficheros demora mi partida... "quedan 150 minutos..." ¿¿queeeeeeee?? ¿¿como que 150 minutos?? ¡¡pero si solo son 300 megas!! me cago en Bill gates y en toda su pandilla de incompetentes!! ¿¿por que tarda tanto?? Ahhhhhh!! ya se...son un montón de ficherines pequeños, tiene que leerlos uno a uno e ir copiando, por eso tarda tanto... vaaaaalee... pos na... lo meto en un rar y en apenas 8 minutos estoy saliendo por la puerta con la imagen que me ofrece la web cam en la cabeza.

Aquí en Albacete tampoco hace mal día... a pesar de los 5ºC, hace sol y nada de viento. Como no, los trastos me esperan ya en el coche. Parada en la gasolinera, "lleno por favor, que me voy de pesca". Esto, dicho con voz de Constantino Romero, con una sonrisa de oreja a oreja, melena al viento, puño derecho cerrado sobre la cadera y brazo izquierdo estirado señalando al horizonte hace que la cara del gasolinero, natural de La Recueja, rechoncho, bajito, con boina calada hasta las orejas y garrulo como el solo (con todo el cariño, por supuesto) muestre la más pura expresión de asombro mientras pasan los segundos de esta insostenible escena. De repente el incómodo silencio se ve roto ante la aplastante pregunta del audaz manchego... ¿diesel.... o gasolina...?... :S :S :S :S :S ejemmm... si si.. diesel diesel... Una vez repostado, el Gran Hidalgo Pescasub de La Mancha monta su noble corcel y cabalga veloz hasta el infinito en busca de la bella Dulcinea de los mares.

Llego a mi destino y veo aparecer el MareNostrum entre edificios y colinas, se va intercalando con forme voy avanzando, cruzando calles hasta llegar a la última esquina y descubrir por completo el magnífico espectáculo que la naturaleza me esta ofreciendo. Una pequeña playita entre montañas, completamente desierta, el mar apenas tiene fuerza para lamer delicadamente la arena de su ribera, como un niño pequeño que no quiere que se acabe su helado. El sol de las 4 de la tarde aún calienta. Una sensación de tranquilidad y sosiego me invade... respiro profundamente con los ojos cerrados, al abrirlos me vuelvo a sorprender por la belleza de la escena... vuelvo a respirar profundamente, huele a paz.

Me viene a la mente una duda existencial... ¿quien soy? ¿de donde vengo?... ¿que hago aquí?...

¡¡Soy Fran, pescasub de nacimiento, me acabo de cascar 200km y he venido a cargarme un dentón!!

Así que me dejo de mariconadas y memeces empalagosas y vamos a lo que vamos. La palabra DENTEX vuelve a brillar en mi frente mientras me calzo mi 7mm y desenfundo mi MADERACO que hoy más que nunca reluce con el sol mientras parece esbozar una sonrisa maliciosa... Hoy será tu día amigo, le digo susurrandole al gatillo...

Subo corriendo la colina que da al mar y con un doble tirabuzón con triple mortal y medio carpado hacia atrás del revés me sumerjo para hacer una primera espera de 8minutos a 35metros , así... sin respirar ni nada... Bueno, en realidad, me metí por la playita, caminando despacito y dando traspiés con las piedras con miedo a clavarme un erizo, y mi primera espera fue de 35 segundos en 1'5m de profundidad (a todo el mundo le gusta exagerar coñe!!).

Mi primer contacto con el medio submarino me robó una exclamación... ¡¡¡ohhhh!!!... ¡¡¡que preciosidad!!! el agua está cristalina, quieta extremadamente FRIAAA!! me concentro en la vida submarina... hay bastante pescao pequeño, claro después del pedazo de temporal esta zona debe estar virgen, no creo que haya entrado mucha gente. Conforme avanzo y gano metros veo que hay muchos sargos, algunos de tamaño interesante, las omnipresentes salemas (subsp. giganteus), vacas, julias, bogas, castañuelas... la zona rebosa de vida. Voy encadenando espera tras espera calentando pulmones primero a poca profundidad, y luego cogiendo agua hasta el final en arena. En la arena un banco de graciosos pageles hacen acto de presencia desfilando tranquilamente frente a mi madero, el cual, armado con doble G20 y varilla de 7mm arde en deseos de cepillarse algo... pero lo mantengo a raya... "tranquilo, soooo... eso es... ahí... paciencia amigo, todavía no es el momento..."

Espera tras espera mi paciencia empieza a diluirse, voy probando por allá y por acá, de todas las formas posibles, escondido, sin esconder, con ruidos, sin ruidos... estoy agusto en el agua y estoy haciendo buenos tiempos, pero no aparece por ningún lado. Quizás hoy no sea el día... el dentex time pasó ya, se acabaron los grandes bancos y los grandes ejemplares, pero yo todavía mantengo la esperanza de encontrarme con alguno despistado, solitario, curioso...

Por mi cabeza ronda una locura... me voy al bajo! no que va... está lejos... no llegaría. Si hombre si, llegaría justo para hacer una o dos esperas... las justas e imprescindibles, si hay dentones están ahí, seguro. Pero es una paliza de nadar para luego dos esperas... es mejor quedarse por aquí insistiendo, igual se cruza alguna lubinita... Que no, que al bajo... para conseguir algo hay que jugarsela!! imaginate salir del agua con un buen dentón... venga, vamos!! pongo rumbo al bajo... aún tengo que recorrer un trozo de zona para luego separarme hasta el bajo... voy nadando a paso ligero, autoconvenciendome de que es buena idea... analizo la seguridad, no es una temeridad, lo único es que es "desperdiciar" la salida de pesca... será llegar, jugarmela a una carta y volver.

Mientras voy cabilando oigo un disparo a mis espaldas... me paro... ¿eh? o he disparado yo, o alguien muy cerca... saco la cabeza del agua... no hay nadie... estoy solo. Habré disparado sin querer? miro mi fusil y veo asombrado que se ha soltado una goma!! mi incredulidad supera mi asombro. No me lo puedo creer... he pescado ya 3 jornadas y llevo como una hora en el agua con el fusil cargado... estoy seguro de no haberlo golpeado ni nada... Analizo la situación, la goma está intacta, simplemente se ha salido el smoby... raro raro. En fin, que le vamos a hacer, habrá que adaptarse a la situación, tengo un madero con una sola goma, que además es la corta por lo que tengo como si fuera un 90 o un 95. Quito la goma suelta y me la ato en el cinturón.

Se esfuma mi idea de irme al bajo ahora... mejor me quedo por aquí... con el sol casi abajo ya puede que vea algo. Empiezo a nadar despacio, la profundidad será de unos 10m, grandes bloques cubren el suelo arenoso. Al fondo un banco de castañuelas se agrupan llamando mi atención... algo se mueve entre los bloques, tranquilo pero esquivo se desliza por el fondo casi sin moverse justo debajo de mi... no logro distinguirlo bien, la luz escasea y apenas veo una silueta difuminada. Se para, ahora lo veo bien!! es un dentón!! no es grande, calculo que rondará el kilo, pero ahora está descaradamente debajo mía, examinandome sin cortarse un pelo. Me quedo inmóvil en la superficie sin perderlo de vista, hasta que finalmente desaparece tranquilamente... me separo unos metros y fondeo la boya pensando en que la leve corriente no la deje luego encima mía. Vuelvo despacio a la escena del crimen. Analizo la situación, me queda media hora de luz... llevo un madero capado y tengo un dentón curioso de más o menos 1kg rondando por la zona.

La estrategia será la siguiente, picada muy muy suave, caída muy lenta y hacer las esperas al descubierto, pero con posibilidad de agazapamiento, dada la curiosidad que parecen tener hoy.

Cuatro o cinco esperas haciendo lo mismo dieron resultados idénticos... cero denton a la vista. Caer lentamente, muy despacio, posarme en una piedra que destaque un poco y otear lentamente el horizonte en busca de indicios...

Cuando ya lo daba por perdido, dada la hora y la falta de luz que apenas dejaba diferenciar la silueta de los peces... decido hacer una última. Relajo, respiro... inspiración profunda y golpe muy suave de riñón para ponerme en posición vertical y caer inerte tras dos ligeras paladas hacia mi última carta, una piedra no muy grande situada enfrente de otras dos bastante grandes y altas que dejan un amplio canal entre ellas. Justo antes de tocar el fondo un destello llama mi atención por mi derecha... el tiempo justo de girar un poco la cabeza y verlo desaparecer entre las dos piedras... la escasa luz no me deja verlo más, pero consigo orientar mi caída a tiempo girando suavemente. No lo veo, pero está claro que ya me ha visto por lo que no tiene sentido mostrarme y me dejo caer a un lado de la piedra a la vez que asomo el fusil encarandolo en dirección al pasillo de las grandes rocas por donde desapareció. Lo llamo... uk ukk... me ha parecido verlo de nuevo, pero no consigo distinguirlo... parece que nada indeciso entre su curiosidad y prudencia... uk ukkk le llamo de nuevo... ahora si, lo veo aparecer entre las dos piedras, nada elevado con respecto al fondo y desde ahí creo que me ve bastante bien, retrocedo un poco y me pego a la roca perdiendo campo de visión, pero sigo viendolo, está indeciso... pero ante mi último movimiento se viene al fondo, ahora lo tengo donde yo quería, noto el nervio de mi fusil que adivina igual que yo el futuro poco alagüeño del desafortunado espárido. Desde su nueva posición ya no me ve, mi silueta queda reducida a lo que sobresale de mi cabeza y el fusil que ya le encara con el fin de reducir la superficie visible. Nueva llamadita final, con seguridad... una llamada imperativa y decidida... UK UK (pero ya ehh!!) y a la vez el jaque mate, retirada hacia atrás del cuerpo pero alargando el brazo de forma que el brazo queda estirado y el fusil se mantiene en el mismo sitio. Consciente de las limitadas capacidades de mi fusil, no tengo más remedio que dejar que el espárido avance hasta la mínima distancia posible... avanza, avanza, avanza... ligero cabeceo hacia la derecha y para allá que sale veloz la 7mm que no tiene ningún problema en traspasar sobradísimamente la carne del animal justo en la aleta pectoral descansando unos metros más allá y dejando que el monofilamento haga el resto del trabajo. El dentón malherido se cobija soltando carrete en una roca pero ya sin opciones a llegar al 2007.

Ya con el dentón en la boya, y con la noche pisando los talones hago una esperita más por si todavía hubiera otro más, ya que este no es ese primer dentón que vi nadando tranquilamente bajo mis aletas. Pero ya es inútil insistir y me dirijo a la playa, para finalizar mi jornada aún más feliz que cuando la inicié.

27 diciembre 2006

(R) Neptone Returns

De los productores de "se lo que no pescasteis el último finde", "menudo equipo llevamos pa na" y "metele más goma que eso es mu poco" llega a sus monitores la última secuela del director de relatos como "hace un frío que se caga la perra", "bajo cero" y "es un primor ponerse el traje húmedo a las 7'30 am".



Esta historia empieza con una buena noticia, Ramón me dice que el especialista le ha dicho que puede pescar sin problemas... (con cuidado, prudencia y sentido común, pero puede pescar). Así que con todos sus bártulos, está de camino a Albacete, él y el mono. Mi mono y yo les esperamos aquí para organizar una salidita de pesca el finde.

El viernes de nuevo me encuentro en el trabajo con el modo pesca -on-. La gente anda revuelta de arriba para abajo, con carreras y papeles por todos lados... llegan las vacaciones y todo el mundo tiene prisa. A mi me la pela todo. Estoy ensimismado (que sería enmimismado no?) mirando la pantalla del ordenador mientras escudriño los datos meteorológicos y las webcams para decidir donde vamos a pescar... Bueno, más o menos ya lo tengo claro... me hago un poco el remolón con ciertos temas que pretenden invadir mi ensimismamiento y a la mínima oportunidad suelto un Felices fiestas en alto por si alguien se siente aludido y salgo por la puerta cual ráfaga de viento.

Recojo a Ramón, a su mono, que debe medir unos 2 metros, y sus correspondientes trastos y vamos a mi casa a por mis trastos. A las 14 estamos saliendo ya con salado destino. Los buenos recuerdos del año pasado y un estado del mar bastante aceptable para como está el tema hacen decantarme por aguas cartageneras para agotar las 2 últimas horas de luz. Llegamos al sitio y en el bar están celebrando algo... está todo lleno de coches y el bar lleno de gente de sobremesa que se asoma curiosa y descarada por las ventanas mientras el intenso frío nos azota sin compasión. Ya calentitos en nuestros respectivos 7mm nos disponemos a adentrarnos en el maravilloso mundo submarino con una palabra en la frente: DENTEX. Hora y media más tarde salimos igual que hemos entrado... yo puedo alardear de una estupenda efectividad del 100% de aciertos... cero disparos, cero peces. Sin embargo he podido disfrutar de un fugaz encuentro con un bonito ejemplar que tras un largo acecho por el fondo y una espera en un escalón ha decidido regalarme unos segundos de su tiempo para mostrarme su majestuosidad y determinación. Entró en escena durante 4 segundos antes de desaparecer en la penumbra.

De camino a casa planeamos una suculenta cena. Ramón es un excelente cocinero y nos deleitará con un reparador caldito de pescado con fideos y de segundo, para coger fuerzas para el sábado, unos esquisitos espaguetis. A la cena se une Alvaro, que viene de hacer sus compras navideñas de última hora.
Unas foticos para el recuerdo.








Tras una estupenda velada nos vamos a la cama pues el sábado nos esperaba una dura jornada.
El sábado amanece como si del mismísmo infierno se tratase... el cielo negro cubre hasta donde alcanza la vista, el mar embrabecido muestra su cara más hostil y el frío intenso unido a la lluvia constante hace que uno se plantee seriamente salir de entre las cálidas mantas. Pero esta es la dura vida del pescador, la ilusión, los amigos, la previsión de un magnífico día de risas, charla, pesca... levanta el ánimo a cualquiera y a pesar de las duras condiciones que se presentan, ahí estabamos los tres... con una mezcla de sueño y alegría por ser tan afortunados de estar donde estamos y con quien estamos. Hoy además, nos invade una emoción especial pues hemos decidido probar un sitio nuevo... debido a las condiciones por aquí, nos desplazaremos hasta Águilas, donde esperamos encontrar mejores condiciones.

Tras un viaje laaaargo, de más de dos horas llegamos al sitio. Las condiciones aquí son más aceptables, el mar está tranquilo y parece tener buen colorcillo. El sitio es muy bonito, un gran saliente de tierra que se aventura en el mar en el Golfo de Vera. Los grandes acantilados que forman su costa se prolongan bajo la superficie del mar hasta dar con el fondo arenoso a unos 30m de profundidad. Tras no pocas vueltas conseguimos llegar con el coche hasta la Ensenada de la Fuente, llamada así por disponer de una fuente de agua potable. Este es el punto desde donde accederíamos al agua por ser el más cercano a la zona de pesca.

Fotos de la zona. Impresionantes acantilados.











Hasta llegar a la punta que se ve al fondo, la zona es homogenea... no muy profunda alterna bloques sueltos desprendidos de la pared con posidonia y arena. Había mucha vida pequeña pero ni rastro de piezas interesantes. Al aproximarse a la punta el fondo dice adios y se pierde en las profundidades... tras varias prospecciones Ramón decide dar la vuelta y hacer tranquilamente la zona menos profunda mientras que Alvaro y yo nos alternamos para hacer caídas profundas en busca de algo interesante. Tras algunas bajadas conseguimos hacernos con un par de abadejos resultones pero dada la respetable profundidad decidimos no insistir demasiado y tras una hora tomamos camino de vuelta.

Ya de regreso, unas fotos con la pesca.










Dadas las fechas y los compromisos familiares lúdico-festivos, Ramón debe marchar por lo que le dejamos en Murcia antes de regresar de nuevo a casa Alvaro y yo para aplicarnos una nuevamente suculenta cena con sello ramonil. Un buen plato de sopa que aún quedaba y un buen plato de pasta serán suficientes para que nuestros maltrechos y congelados cuerpos recobren vida.

Foticos de la cena




Decidimos que el domingo apuraríamos una última intentona de matar un dentex en Cartago, antes de rendirnos a los compromisos familio-gastronómicos que nos esperaban. Así pues a las 6'30 am estabamos en pie de nuevo y con el frío incrustado en los huesos aunque eso no era nada comparado con el frío que pasamos para colocarnos nuestros húmedos y helados trajes. Ya en el agua comprobamos que las condiciones con respecto al otro día habían empeorado ligeramente, si bien el mar estaba tranquilo, la visibilidad era reducida. Finalmente tras unas interminables horas de frío y frustrados intentos de ver-pescar algo decente, decidimos dar por finalizada la jornada y cerrar lo más dignamente posible uno de los mejores findes de pesca en cuanto a pasarlo bien se refiere, con un buen bocadillo.

Sirva este relatillo como especial homenaje a Ramón, un tío de puta madre que para nada se merece haber pasado el mal trago con sus oidos y que afortunadamente, tanto para él, como para los que le queremos, ha superado. Hay que ir poco a poco y con cuidado, pero a partir de ahora seguro que disfrutará más, si cabe, cada salida de pesca. ¡¡Un abrazo de tus amigos!!

Especialmente dedicado también a Raspas (tu ya sabes...).

27 noviembre 2006

(R) --->nosolodentice<---

El viernes tarde un fuerte leveche castigaba nuestro huerto dentonero por lo que no se pudo hacer gran cosa. Aún así, con la moral bien alta dijimos de intentarlo. El fuerte viento azotaba sin compasión el vello de nuestros erizados culos mientras intentábamos calzarnos el 7mm. Una vez acomodados y ya calentitos comprobamos que iba a ser difícil pescar. La escasa visibilidad, la corriente, olas de tamaño considerable que rompían con estruendo contra las oscuras rocas metamórficas auguraban una difícil tarea.

Tras unos cuantos intentos de espera, que realmente eran acechos pues era difícil mantenerse quieto, un ligero mareo se empezaba a apoderar de mi por lo que decidí cambiar de espárido a serránido practicando unos acechos en cota cero a ver si había suerte. Con el tiempo ya agotado dimos por finalizado nuestro nuevamente frustrado intento de pesca.

Por la noche vino Andrés para compartir una inmejorable velada que incluía el visionado y babeado de varios de sus vídeos de pesca, diversos bricosubs, cena a base de pizza y refresco de naranja todo ello amenizado con interesantes conversaciones de temática diversa.

El sábado amanece tranquilo en La Torre (residencia veraniega familiar y puerto base de nuestras pescas). Andrés se marcha pues no puede pescar por una reciente lesión de rodilla. Alvaro y yo tenemos que tomar una decisión... ¿qué hacemos? básicamente 3 opciones, una es ir a nuestro huerto, aunque visto lo visto ayer tarde... buff.. otra es coger el barco, pero pensando en el posible leveche fuerte que saltará a medio día lo descartamos también. Nos queda la opción de meternos allí mismo, por la playa como antaño acostumbrabamos, a patitas.

Entre unas cosas y otras se nos hacen las 10 am, pero eso sí, con los trajes puestos de casa, en la ducha calentita... una gozada.



Con la incertidumbre de no saber con que nos vamos a encontrar, nos encaminamos a la playa mientras me voy construyendo mentalmente una ruta para poder pasar por todas las piedras buenas que conozco y tras esto, si hay ganas, tirar para adentro a ver si encontramos una barra que vi una vez que estaba exactamente a tomar por culo, también llamado quinto pino, allá ca dios, o donde cristo perdió las alpargatas.

Una constante durante "casi" toda la jornada: "desierto total"... una por una todas mis zonas aparecían deshabitadas, largas esperas en la más absoluta soledad mellaban nuestro ánimo. Tan solo las omnipresentes julias, mojarrillas y tentadores merlos paseaban tranquilos ante nuestra insistente presencia. Una vez agotadas todas mis zonas y visitadas todas mis piedras VIP (very important piedra) decidimos inspeccionar mar a dentro la yerma extensión de posidonia y arena que ante nosotros se iba descubriendo conforme avanzábamos lenta y pausadamente sin cesar en nuestro empeño. Las horas se iban acumulando sobre nuestros cuerpos y no eramos capaces de encontrar ni un solo resquicio de vida. La visibilidad, aunque buena, no permitía ver el fondo y ya llevábamos un buen rato a base de caídas, largos planeos. Finalmente el fondo empieza a acercarse, algo me dice que nos acercamos a la tan ansiada barra. Efectivamente habíamos llegado, sólo había estado aquí antes una vez en barco pero la reconozco incluso recuerdo algunos detalles.

Es necesario caer constantemente pues hay un poco de corriente y la zona pescable apenas tiene 5-10m de ancho, si caes fuera de la zona no te comes una rosca. La acumulación de vida en esta zona es considerable, muchísimas obladas entran y salen de las oquedades y viseras mezcladas entre bancos de salpas, bogas y castañuelas. El pescao está muy listo y solo es posible acercarse preparandose todas las caídas muy bien, haciendo largas esperas y largos acechos. Finalmente tras otras tantas horas hemos recorrido bastante distancia de barra y hemos conseguido algunos peces. Son las 16'30 y ponemos rumbo de nuevo hacia la playa.

Durante el interminable trayecto de vuelta, hago una caída con el fin de planear a una profundidad que pueda controlar el fondo. El fondo está compuesto por arena con algunas manchas de posidonia. Algo llama mi atención, más alante hay una sombra oscura en el fondo, a priori parece una acumulación de posidonia muerta sobre la arena, fijo mi atención mientras que me voy acercando, lentamente... ¡¡ES UN TIBURON!! no me lo puedo creer... pero mi apnea está ya al límite y subo buscando a alvaro haciendole señas... "No te lo vas a creer... ahí abajo hay un tiburón..." la cara de asombro-incredulidad lo dice todo... Sin embargo desafortunadamente no lo pude volver a localizar, entre la emoción que no me permitió volver a bajar enseguida y la leve corriente que había no conseguí volver a localizarlo.

Ya llegando a la playa, una última inspección a unas piedras que visitamos al inicio de la jornada y que ahora presentan algo más de vida, y consigo hacerme con un par de corvas y una doradita. Alvaro se hace con un mujol muy bueno también y tras 8 horas nuestros pies vuelven a tocar tierra firme. Nos desincrustamos las gafas de la cara y nos arrastramos hasta mi casa con los bartulos ahora más pesados que nunca.

Las fotos de rigor y a contar las horas y minutos que nos separan de la próxima salida de pesca.


13 noviembre 2006

(R) Tutto Dentice (lontano)

La verdad que no se como titular este post… quizás pueda dejarme llevar por la originalidad de muchos fabricantes de software que suelen llamar por defecto a los archivos “untitled”, sin título, o como en el caso del word, “documento1”… en este caso en un alarde de adaptación podría llamarle simplemente “post”. Sin embargo me he decidido por el que he puesto por que quizás sea lo más relevante de este relato, en el cual intento plasmar las situaciones de pesca vividas este fin de semana que a decir verdad, ha sido muy completo.

Creo que si hay algo que caracteriza mis relatos es la longitud… ya me han comentado varias personas, que muchas veces no son capaces de leerlo todo. Pero que le voy a hacer, necesito extenderme y contar todos esos detalles para que la historia sea completa y que el sufrido lector pueda sentirse en mi piel al leerlo (me gusta pensar que lo consigo con algunos).

Por lo tanto he decidido que no voy a cambiar mi forma de contar las cosas pero, en la medida de lo posible, intentaré al final hacer un resumen muy muy corto para que el que quiera pueda irse al final del post y leer los cuatro detalles que pueda resumir junto con las fotos. Dicho esto, sentiros libres de ir al final del post a buscar la foto y el resumen ya que el siguiente párrafo ya es el inicio de mi relato.

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Viernes, 10 de Noviembre de 2006. 20:00h
Esta tarde no he podido ir a pescar, estoy haciendo un curso y acabo de terminar las clases, como siempre, el coche en la puerta preparado para salir.
Llego a mi casa en la playa a las 22:00. Viento cero, temperatura ambiente 14.5ºC. Hace fresquillo. Varias cosas por hacer antes de irnos a dormir: recortar las gomas de mi madero, hacer más pequeños los obuses, poner acolchado en el soporte de carga del madero, afilar un poco la varilla y agrandar ligeramente los “tetones” de la varilla (el dyneema de 2 entra justito). Mientras que estoy haciendo los deberes llega Alvaro. Termino de hacer las cosas y a dormir que son la las 12:00 (como pasa el tiempo haciendo nuditos y todo eso).

Sábado, 11 de Noviembre de 2006. 6:15h
Suena el $%&••!”$• despertador… remoloneo un poco, buff… que sueño… de repente, una imagen pasa por mi cabeza, los dentones del otro día… ojos como platos y pego un brinco de la cama. Terminamos de meter las cosas en el coche y salimos rumbo a nuestro sitio (me lo sigo guardando eh…).

Cuando llegamos, tras la correspondiente parada en la gasolinera para hacer un desayuno de campeones, ya ha amanecido. Estamos solos en la playa, el mar plato y una rasca considerable… Deseosos de enfundarnos nuestros respectivos 7mm vamos poniendonos en marcha con la parsimonia correspondiente. Yo estreno traje… mi flamante marea, ya es hora de probar el mimetismo de ese “dec_12”. Mi mayor temor es no disponer de plomo suficiente, ya que solo tengo 2kg más, pero luego comprobaré que voy perfecto (en total, 8+4). También tengo que probar la nueva configuración de mi legno, le recorté un poco las gomas y aproveché para meterle un smoby en la goma larga, pensando en intentar que la goma de atrás vaya un poco abierta y no aprisione a la corta que queda “abrazada” por esta. La goma corta sigue manteniendo el obús de dyneema típico.

Ya en el agua comprobamos que la visibilidad es estupenda y que hay una cantidad anormal de sargos (de escaso tamaño). Bancos de salpas gigantes (boops gigas) pululan por todos lados aparentemente tranquilas y vuelos de mojarras amenizan las largas esperas.

El fondo está compuesto en la mayoría de su extensión por numerosos bloques de grandes dimensiones diseminados y alternados con rocas más pequeñas, posidonia y arena. Desde la zona de acceso se va cogiendo profundidad de manera más o menos uniforme hasta morir en arena a unos 13-15m de profundidad. El objetivo está claro: dentex, aunque no le hacemos ascos a un buen sargo/corva/lecha… ya me entendeis.

Tras una primera fase de reconocimiento poco fructifera los dos coincidimos en la cantidad de sargos que hay, pero ni una cola del preciado espárido. Decidimos desplazarnos poco a poco hacia una zona más propicia. Fondeamos boya y nos ponemos a hacer esperas. Tras un rato Alvaro me comenta que en una de sus primeras esperas vio una lecha de porte interesante y más lejos, dos grandes colas sospechosas que se perdieron sin dar opción. Bueno, al menos hay indicios… habrá que seguir insistiendo. De nuevo al rato decidimos que hay que cambiar y nos dirigimos a unas piedras que nos gustan.

Al llegar, Alvaro hace una primera espera en el límite de la roca con la arena, al subir me comenta que hay mucho sargo, algunos buenos, pero no le han dado tiro. Me toca a mi, me preparo y bajo… fijo la vista en el fondo mientras caigo para no distraer mi atención, prefiero llegar y colocarme ya que ese puesto lo conozco bien. Nada más tocar fondo veo un dentón pequeño que viene enfilado sin titubeos, no le hago caso y termino de colcarme. Cuando vuelvo a mirar ya tengo el denton pequeño encima mío y más atrás, viene otro de tamaño aceptable… no tiene mala pinta, viene también sin mostrar el más minimo temor. Le enfoco el madero y lo paso al hilo sin problemas. No es un gran dentón, ni mucho menos, pero tiene un tamaño muy bueno para dos personas. Es el turno de Alvaro, le comento que no he visto más dentones, sólo estos dos, aunque han entrado tan rápido que tampoco he tenido tiempo de observar detenidamente si había más (error…). Se prepara y baja, le veo posarse 15m más abajo y enseguida veo que saca el fusil, parece que está siguiendo algo, duda un segundo, corrige y dispara. Me apresuro en bajar por si fuera necesario ya que no se a que ha disparado… veo que Alvaro se abalanza sobre una piedra bajo la cual se pierde el nylon mientras el madero flota buscando superficie. Veo que asoma un dentón… tiene buen tamaño, es más grande que el mío… Alvaro lo tiene en la mano, pero el nylon está enredado en la piedra y lo tiene que dejar para subir, yo cojo su madero y suelto el carrete para subir hasta la superficie. En la siguiente bajada no hay problema y el denton sube con nosotros.

Según me comenta Alvaro, en el momento del disparo se ha percatado de que había más dentones que se mantenían a distancia y que han huído. Hacemos varias esperas más por si no se hubieran ido muy lejos, pero la fortuna no lo ha querido así y no volvemos a verlos. Sin embargo me percato de la presencia de buenos salmonetes. Grabamos la captura de dos de ellos, y algún fallo.

Aquí los vídeos…






Viendo que ya los salmonetes se complicaban y con un par de buenos ejemplares en el pasapeces, decidimos no apurar más la mañana y salirnos, comer algo y luego meternos de nuevo para apurar las últimas horas de la tarde.

Al salir, unas fotos…







Tras comer y descansar un poco, de nuevo al agua… las espectativas son buenas, seguimos estando solos, no hay más pescadores, sólo una familia extrangera se baña en la playa. Tampoco hay mucho tráfico de barcos, pese al buen día. Confiamos que conforme baje el sol, los dentones se acercarán… hay que estar atentos.

Tras unas primeras apneas para abrir pulmones (de nuevo), llego a una zona de unos 7-8m de profundidad. Me preparo bien y caigo sobre una pequeña piedra aislada y solitaria en una pequeña llanura de arena y posidonia. Me coloco encima de la piedra para tener más campo visual y hago una panorámica con la cabeza en busca de indicios. No veo nada, me dejo caer a un lado de la piedra y me pongo en posición. Unos pequeños sargos tranquilos nadan cerca de mi, a la derecha un poco elevados, más adelante y un poco a la izquierda hay una piedra grande y justo enfrente mío, en el límite de la visibilidad (8-9m) otra piedra en la que intuyo un cardumen de salpas. Toc toc…nada… las salpas se levantan curiosas… toc toc… nada.. miro a izquierda y a derecha… nada… toc toc… vuelvo la mirada al frente y ahí está… el banco de salpas se ha agrupado y forma una pelota compacta ya su derecha la silueta inconfundible. Me mira de lejos, quieto, tranquilo… indiferente. Toc TOC (insisto)… a la vez, me achato contra el fondo intentando atraer su atención (siempre me funciona…) Hace un ademán de venir, lo que hasta entonces era una silueta toma color dejando ver ese lomo azul eléctrico. Las salpas a su paso se van hacia el fondo para desaparecer entre las piedras. Se detiene. Me observa. Está indeciso entre su curiosidad y su indiferencia. TOC TOCCCCC, si me aprieto más contra la piedra la romperé… otra arrancada, enfila, avanza… se vuelve a parar. Se da la vuelta, pero no parece convencido… no está seguro todavía, se vuelve a girar… TOCCCC TOCCCC TOCCCC…. Ahora si, arranca, definitivamente viene hacia aquí… pero corrige y en lugar de venir directo traza una trayectoria oblicua hacia mi izquierda que le hará pasar por detrás de la piedra grande que tengo delante de mí. Va a desaparecer… tengo un segundo para pensar que hacer… me la juego y salgo de mi puesto como una exalación apuntando hacia donde debería aparecer… adivino su dorsal y su cola en el perfil de la piedra… mantengo la alineación del fusil, tiene que aparecer, 3, 2, 1… 1… 1… ehhh… donde está?? De repente aparece!! Pero lo hace tan cerca de mi que no tengo claro quien se asusta más… pega un quiebro a la vez que intento corregir la trayectoria del fusil, se ha puesto de cola, disparo sin pensar pero la varilla pasa a escasos centimetros. Me queda un poco de apnea aún y me quedo inmóvil viendolo desaparecer completamente acojonado.

Tras maldecir un rato mi mala suerte, me dispongo de nuevo a seguir con la pesca, todavía queda tiempo y este dentón solitario no es lo que estaba esperando… pues tengo la esperanza de que cuando caiga el sol aparezca el gran banco.

Sigo con las esperas por aquí y por allá… en mil sitios, en todas las orientaciones, cubierto, sin cubrir, con pequeños acechos… de todo. Le comento a Alvaro lo del dentón y el me dice que no ha visto nada todavía. Seguimos con lo nuestro, todavía quedan 20-30 minutos de luz… se acerca la hora.

La luz inclinada del moribundo sol ya no llega como antes y cuesta distinguir bien el fondo. En mi lento desplazamiento por superficie adivinio la silueta de una estructura rocosa familiar… ¡¡claro!! En esta piedra fue donde fallé el primer dentón hace dos semanas… la estructura rocosa está formada por unos bloques grandes de unos 2m de alto sobre un fondo llano de arena y posidonia. En el límite de la estructura hay una piedra rectangular que deja un pasillo con la anterior formando una especie de “balcon” hacia la llanura que se abre frente a esta última piedra. Recuerdo que en la otra ocasión, los dentones deambulaban en esa zona por lo que ese balcón es un sitio bastante bueno para una espera. El que los haya visto una vez no quiere decir que vayan a estar ahí siempre, claro, pero por intentarlo…

Ventilo bien y caigo… no quiero mirar por lo que fijo la vista en el pasillo para caer en el y luego asomarme por arriba. Desaparezco entre los bloques y remonto la piedra hasta asomarme despacito por arriba… ¡¡¡SI!!! ¡¡Están ahí!! Puedo ver 2 lomos lilas, nerviosos ante mi presencia elevada. Mi estrategia es la misma que la del otro día, puesto que funcionó (aunque fallé el tiro). Me dejaré caer de nuevo por el pasillo, desapareceré de su vista y me asomaré por un lateral de la piedra, a ras de suelo, bien oculto por mi lado izquierdo mostrando solo el brazo del fusil (y la cabeza, claro). Caigo al pasillo, me desplazo con la mano y me asomo despacio despacio, no los veo, saco el fusil y me asomo un poco más… ¡¡ahí están!! ¡¡Pero son más!! Hay 6 dentones de buen tamaño y otro de tamaño mediano. Empiezan a rotar a unos 6-7m de mi, cruzandose entre ellos, pero sin venir… de nuevo probamos la estrategia de siempre… TOC TOC y para atrás… Uno me encara, pero es el pequeño que viene enfilado… paso de el, los grandes aún me miran atrás, cruzandose como si se contaran cosas al oido cuando pasan uno cerca de otro… Insisto en mi estrategia… TOC TOC… esta vez, el banco entero en su ir y venir empieza a rotar sobre mi posición, manteniendo la distancia, buscando un ángulo mejor para verme. Esto no me viene bien, pues hacia mi derecha estoy descubierto, por lo que sigo retrocediendo mi posición metiendome aún más en el pasillo. Uno de los grandes pasa pegado a la piedra a mi izquierda asomando a distancia de tiro, pero no me da tiempo de mover el fusil, no lo había visto venir. El resto sigue manteniendose, estiro el fusil evaluando la posibilidad de disparar, pues mi apnea se agota y la alarma de seguridad (fisiologica) me dice que vaya terminando, el D3 me confirma la situación. desestimo el disparo y opto por retroceder todo lo que pueda y subir intentando no asustarlos.

Infructuosas fueron las esperas siguientes intentando localizarlos de nuevo. Al poco tiempo oigo a Alvaro maldecir pues había fallado un dentón suicida (que lo cuente el).

Damos por finalizada la jornada que a pesar de la porra vespertina, los dos dentones y los dos salmonetes de la mañana son una estupenda recompensa (quizás un poco escasa) al esfuerzo realizado.

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Resumen:

Tras un laaaaargo día y muchas horas en el agua, dos dentones pequeños, dos salmonetes interesantes y tres oportunidades fallidas con dentos buenos (dos yo y una Alvaro).

--No os quejareis de resúmen ehhhh—

Saludos.

30 octubre 2006

(R) Si… Es posible…

Viernes, 27 de Octubre de 2006.
De nuevo me encuentro en el trabajo contando las horas para salir de allí… he quedado con mi compañero Alvaro para echar una pesquita por la tarde. Desde por la mañana ya llevo puesto el , el D3 en la muñeca con la alarma puesta a las 2 y el equipo en el coche.
Aún tengo que solucionar unas cosillas de última hora que parece que me van a retrasar un poco, pero ajaaaaaaaa…. “no contaban con mi astucia… !!!” consigo liberarme a tiempo y cuando suena la alarma del D3 ya llevo 3 minutos en el coche… todo va de perlas. De copiloto un suculento bocadillo convenientemente troceado para poder ir picando sin problemas y un acuarius de naranja en el posavasos. Creo que no se puede pedir nada más.
Llegamos a la vez Alvaro y yo. El mar está bueno, bastante bueno… hay un poco de mar de fondo suficiente para que rompa contra las rocas y aporte un extra de vidilla. El viento suave de levante y una ligera corriente unido a una visibilidad de unos 8-10m terminan de definir unas excelentes condiciones para la pesca. Además, estámos en pleno “Dentex time” y la zona no puede ser más apropiada (entendereis que me la guarde).
La técnica a seguir está clara… esperas y más esperas, máxima concentración en todo momento y atentos por que aunque solo sea una vez en toda la tarde, es muy posible que tengamos una buena oportunidad.
Es muy difícil preveer el comportamiento de los dentones cuando se intentan pescar desde costa y a no mucha profundidad. Pensamos que conforme va pasando el tiempo y entra la noche, será más fácil dar con ellos, pero no sabemos por donde. Nuestra teoría es que los dentones se acercarán a cazar a la zona menos profunda al anochecer, posiblemente en banco más o menos numeroso, pero la zona es amplia y es difícil adivinar por donde entrarán. Lo suyo será desplazarse por toda la zona que podamos y a ver si hay suerte.
Madero en mano me dispongo a comenzar y voy nadando despacio haciendo cortas esperas en poco agua para ir calentando y examinando el movimiento de pescao. Conforme me voy alejando de la costa la corriente aumenta y me voy dejando llevar con ella poco a poco haciendo esperas con la corriente de espaldas pues pienso que los dentones, en caso de entrar, lo harán siempre remontandola.
Al poco tiempo, caigo en una zona llana de unos 7m, un pequeño escalón me servirá para hacer la espera. Caigo y me oriento de espaldas a la corriente… no hay nada, ni siquiera la típica julia que siempre se cruza a un palmo de las gafas… A pesar de estar el agua bastante clara, la falta de luz ocasionada por las nubes hace que se reduzca la visibilidad aunque se disfrutan ampliamente los 6-7m. Cuando me dispongo a finalizar la espera, en el límite de la visibilidad y, efectivamente, remontando la corriente, un lomo lila se gira y se vuelve a perder… corrijo de nuevo mi postura y me aprieto contra el pequeño escalón. A los pocos segundos aparecen ahora si claramente dos dentones. No son grandes, pero el lomo que he visto antes si que tenía buen tamaño, apuro un poco más y efectivamente aparece detrás otro dentón que pasa de largo el doble de sus congéneres. Vuelven a girarse y se pierden definitivamente en la penumbra.

Subo y avanzo un poco hacia donde estaban los dentones viendo que empieza allí una pequeña agrupación de piedras sueltas. Me relajo bien, ventilo suavemente y bajo hacia una de las piedras que me ofrecen mayor cobertura, dejo de aletear a medio descenso y me dejo caer suavemente tras la piedra. Avanzo por el fondo pegado a un lateral de la piedra para asomar unos metros más adelante disimuladamente. No hay rastro de los dentones… aunque esta vez si que no falta la julia que hace su fiel recorrido de izquierda a derecha pasando a escasos centímetros de mis gafas. Me concentro en los dentones pero no los veo, ya desesperado opto por levantarme un poco y ponerme encima de la piedra que me cubre para tener mayor campo visual. Nada, siguen sin aparecer… la prudencia y mi diafragma me recomiendan abortar y probar más adelante a ver. Durante el ascenso tampoco los veo.

Avanzo un poco más, un par de grandes rocas dejan entre si un canal de aproximadamente un metro y más allá una zona llana más baja. Pienso en colocarme entre las dos rocas asomandome tipo “balcon” hacia la zona llana, desde ahí tendré un control bastante amplio. Tras la experiencia anterior pienso que es mejor caer en una posición que me permita controlar la aparición de los dentones, y una vez avistados, corregir y parapetarme en su dirección. Este sitio parece ideal.

Inicio la caída, muy muy lenta hacia las piedras hasta desaparecer entre ellas para luego incorporame y asomar mirando hacia fuera con la ventaja de la posición elevada que además me deja con el sol de espaldas. Me asomo muy despacito y ahí están… en la llanura como yo me esperaba, pero no están por la labor de subir hasta mi. Los más pequeños se mueven nerviosos avanzando hacia mi y quebrando bruscamente para retroceder un poco mientras que el grande, algo más retrasado permanece tranquilo. Visto esto, mi estrategia la tengo clara, desapareceré de nuevo tras la piedra y me deslizaré por el canal para aparecer por un lado, lo cual me dará una cobertura excelente y seguro que pican. Dicho y echo, me hago hacia atrás y me dejo caer hasta el fondo del canal, cubierto por las piedras y me deslizo hacia mi derecha para finalmente apostarme en la base de la piedra teniendo todo el lado izquierdo cubierto y asomando solamente el fusil y parte de la cabeza… Justo al asomarme uno de los pequeños pega un quiebro a un metro escaso de mi cara y se aleja hacia la derecha, el otro pequeño y el grande permanecen a la izquierda y se dirigen hacia mi, decididos… el pequeño, más rápido y nervioso lo dejo pasar manteniendo el foco hacia el grande. Ya está a tiro, pero dudo si esperar a que se gire o si intentar darle de frente, la incertidumbre se apodera de mi y justo en ese momento se gira, da media vuelta y la varilla sale en su busca pasando a un dedo escaso de su brillante lomo. ¡¡He fallado el tiro!! Me quedo en el sitio cagándome en todo lo cagable mientras observo la huída del espárido que de haber tenido piernas habría metido la cola entre ellas, y de haber tenido brazos me habría hecho un bonito corte de mangas.

Asumo mi fallo con dignidad y continúo mis esperas con optimismo, aunque se que las oportunidades así no se presentan dos veces, no suelen al menos…

Todavía queda mucho tiempo por delante, apenas llevaré 20 minutos en el agua, por lo que aún queda esperanza de cruzarme con otro denton (este ya no creo… ya tiene escarmiento para una temporada). Continúo haciendo esperas y cogiendo profundidad poco a poco hasta llegar al máximo de la zona, pero no veo nada. Me dirijo hacia los “puntos calientes” que conozco pero nada.

El sol está ya con el pijama puesto tomandose un vasito de leche por lo que ya queda muy poco tiempo. En esto que una lechita de ración pasa por debajo de mi, pienso que para la cena estará bien ya que lo del dentón esta ya muy difícil. La dejo pasar pues hacerle una caída encima suyo es muy precipitado y cuando me sobrepasa hago una caída para quedarme esperando a media agua, la lecha se da la vuelta y viene rápidamente acelerando el paso conforme se acerca y abriendo su trayectoria, hasta que finalmente queda temblando en el hilo.

Todavía queda tiempo para una última espera, veo una piedra bastante grande y planifico un acecho hacia la cara expuesta a la corriente para ver si consigo un sargo despistado para la cena. Empiezo a caer sobre la piedra me deslizo hasta el fondo para remontar la corriente por un lado, al girar veo dos dentones pequeños que salen de la sombra de la piedra y se pierden en la ya escasa visibilidad. Me quedo esperando un poco pero no vuelven. Subo y me separo de la piedra buscando otra piedra más adelante para hacer la espera en la dirección de huida. Me ventilo y caigo sobre una piedra no muy grande redonda, no me da mucha cobertura, pero bueno… al alzar la mirada me quedo petrificado… tres, cuatro, cinco… seis! Dentones de muy buen tamaño me observan fuera de alcance, pero tranquilos… me fijo un poco más… siete ocho… diez! Giro la cabeza a la derecha.. quince!! Veinte!! Muchísimos!! Es un banco inmenso!! Son ejemplares de entre 2 y 6kg veo una piedra alta que no había visto antes y el banco está ahí cubriendo unos 120º de mi visual, pasando a un lado y otro de la piedra.

Uno grande aparece por mi izquierda pero lo veo cuando ya no está a tiro, ha pasado muy cerca de mí. Me aprieto contra la piedra mientras intento retroceder un poco para cubrirme más, el banco empieza a rotar como a 7m de mi, en el límite de la visibilidad algunos me encaran pero se giran antes de entrar a tiro, además, no termino de decidirme a cual seguir pues me encaran por varios frentes, y de varios tamaños lo cual hace que me cueste decidirme. Finalmente decido apuntar a un lado de la piedra grande que sale delante de mí y retroceder de forma que el primero que sobrepase la piedra seguramente se girará y vendrá, me da igual el tamaño, por que si sigo dudando no conseguiré decidirme. Finalmente asoma uno, de tamaño interesante, aparece de detrás de la piedra y al verme me encara y avanza como dos metros en mi dirección, estoy a punto de disparar… esta vez no quiero dudar si tirarle de frente o no, es bastante más grande que el otro por lo que le dispararé de frente para que se gire y le impacte en el lado. De repente se gira, no me lo esperaba pues venía muy decidido, corrigo rápidamente y disparo sin pensar… la acción ocurre tan rápido que no lo veo ni salir, solo una estela de burbujas y el carrete echando humo me confirman el impacto positivo. La estampida al unisono de tanto dentón junto también me desconcierta. El hilo de pierde tensión… ¿se habrá enrocado? Juraría haber visto la varilla colgando siguiendo la trayectoria del dentón, pero si el hilo se ha enganchado en alguna piedra es posible que haya rajado. Sigo el hilo y un poco más allá veo la varilla en el suelo y el hilo que se mete en una visera, rápidamente agarro el hilo y veo con desesperación que no hay dentón. Ha debido luchar contra el hilo al entrar en la visera y finalmente ha desgarrado.

El tiro ha sido malo, está claro, el dentón se giró aún estándo un poco lejos y la corrección del madero ha sido lenta por lo que el tiro puede que haya ido atrás. Esto unido a una ligera desviación en la varilla que no he podido subsanar todavía han sido la causa de un nuevo fallo imperdonable. La ocasión era inmejorable y nada más caer y ver el banco de dentones ahí ya sabía que me iba a cargar uno, pero no ha sido así.

Tras el fallo he realizado esperas por la zona hasta agotar la luz solo consiguiendo ver dos colas a lo lejos.

Las reflexiones ya en la playa, concluyen un cambio importante en el madero, no voy a intentar subsanar de nuevo la desviación de la varilla y le voy a montar la nueva que tengo de 7mm. Quizás pierda velocidad inicial pero ganaré en impacto, sólo será cuestión de empuñar bien para absorver el mayor retroceso que tendré.

En casa por la noche, finalizamos ya por fin el madero de Alvaro que estrenará al día siguiente y yo le cambio la varilla al mío.

Debido al fuerte levante que se mete por la noche, decidimos que el sábado lo echaremos en Cala Cortina, pues los bajos en esta época pueden dar sus frutos.

El sábado amanece muy nublado y con un feo levante. Nos montamos en el coche y nos vamos a Cala Cortina. Cuando llegamos ya hay dos pescasub cambiandose y otro en el agua ya. Al ver que todos se van para la izquierda, Alvaro y yo nos vamos a la derecha. El agua está bastante limpia, muy muy tranquila y el desagradable viento queda completamente cubierto entre las montañas. Nos cambiamos y nos vamos al agua. Alvaro estrena el madero, para la primera prueba optamos por doble goma Dunlap de 18 (3X) y varilla demka de 7x150. Nos vamos directos al bajo, y de camino, una lubina no destacable me hace las veces de diana móvil para probar la nueva varilla… de nuevo un error de corrección me hace errar el disparo, la lubina me ha hecho un extraño zigzag al final que no he sido capaz de corregir pasando la varilla a unos centimetros. Tres cosas he observado en este primer tiro, efectivamente he perdido velocidad de salida, el retroceso no es mucho más acusado que con la configuración anterior, y he ganado bastante alcance pues al llegar al final del recorrido la varilla me ha sacado tres o cuatro vueltas de carrete, cosa que antes no pasaba.

Llegando al bajo en varias esperas veo buenos sargos y buenos salmonetes, pero me resisto a tirarle a pesar de ser tiros fáciles por no desbaratar antes de tiempo la posible entrada de un dentón. Al llegar al bajo empezamos a hacer esperas desde lo más alto a hasta el fondo sin demasiados resultados, no parece haber mucha vida “depredadora” por allí. En una espera me entra un sargo muy bueno y ya no me puedo resistir de ver la verdadera potencia de mi arma con una pieza “interesante”… el sargo queda absolutamente fulminado.

No vemos nada más, ni más sargos grandes siquiera… decidimos volver y hacer el lado izquierdo a ver si nos da tiempo de llegar a los otros bajos. De camino, vuelvo a ver el banco de salmonetes, así que descargo una goma y antes de proseguir completo mi pasador con 3 buenos ejemplares (con tan solo dos tiros). Ya en el lado izquierdo mismo panorama… poca cosa… las caídas se suceden una tras otra a diferentes profundidades, caídas, semicaídas, acechos a poco agua, acechos profundos, esperas… nada, siempre igual…

Al llegar a los bajos una zodiac de buceadores está anclada por lo que se desvanece toda esperanza de encontrar algo interesante por allí. Aún así le damos una vuelta a los bajos.

Finalmente algún salmonete más va sumandose. Pruebo a hacer puntería tirandole a un pez aguja y ¡¡acertandole!! y tras 7 horas de agua llegamos a la playa dando así por finalizada la pesca.

Como conclusión a estas dos jornadas de pesca, se puede decir que muchas veces es cuestión de suerte el encontrarse con un buen pez y la pericia del pescador hará que el encuentro finalice bien para uno, o para otro. Pero hay ocasiones en las que has elegido el sitio en función de las condiciones, has elegido el equipo, has elegido la técnica, la has ejecutado bien y finalmente el pez a aparecido. En esta ocasión cometí el error de no tener el equipo ABSOLUTAMENTE perfecto y esa pequeña desviación de la varilla puede haber afectado en los dos disparos. Sin embargo, y a pesar del pasador vacío y la cara de estupido por haber fallado estrepitosamente las dos ocasiones, en el fondo salí del agua muy satisfecho por que siento que mi progresión como pescador es real, lenta y con parones… pero real.

Lamento no disponer de fotos o vídeos (un vídeo del banco de dentones habría sido brutal)

Y bueno, para los que quieren fotos, aquí van algunas...

Aquí la parejita, el clarito es el mío y el oscuro (lleva un barniz oscuro que ha quedado genial) el de Alvaro.


Y aquí alvaro sosteniendo sendas armas





Y ahora un par de fotos susmarinas











Saludos.

PD: A proposito.. el título... "Si, es posible... " ....FALLAR DOS DENTONES CLARISIMOS EL MISO DIA!!!!!!

18 octubre 2006

(R) Caro Moraira

Día 1 Viernes 13, buena suerte.

El fin de semana promete... desde mi viaje a pamplona ya estaba planeado el puente del pilar. Ramón y Dani habían alquilado un apartamento en Moraira para venirse a pasar unos días al mare nostrum y yo, por supuesto, me apunto.
Para mi la aventura comienza el viernes a medio día (¿puente? ¿que puente?). Aprovecho la soledad que me rodea en la Universidad (donde trabajo) para escabullirme pronto (las 2) ... el equipo ya estaba dispuesto en el coche, el deposito lleno, y el tomtom incordiando ya... "gire a la izquierda"... y recordandome que solo dos horas me separan de mi próximo destino. Antes de salir, unas llamaditas....

"RAMOOOOOONNNNNN.... que pasaaa!! os habeis tirao esta mañana o que? cómo está el agua? a caído algo?"....

todo parece correcto.. hay dudas sobre la visibilidad y el clima pero parece que el mar aguantará tranquilo.

Una última llamadita a Andrés... que tenía lío en el curro y no sabía si podría apuntarse o que...

"Hey que pasa tío!... cómo va eso?... hace una pesquerita cabil o que?"
Al parecer ha estado pegando levante, por lo que cabe la posibilidad de que no esté muy buena...
Vistazo a la webcam...
"Achuuuu... tie buena pintaaa!!"

yo "-Bueno, que hacemos?"
andres "-Bueno, aunque esté turbia se puede probar, así pruebo mi nuevo minijedi"

Ya todo correcto y decidido, nueva llamada a Ramón y Dani...

"A las 4'30PM en casa de andrés..., hoy cenamos dentón (risas)"

Ahora ya si que está todo... me subo al coche, y en marcha... de camino... pues unas fotos para no aburrirme






Llegamos a casa de Andrés que nos espera con el macuto y sosteniendo un Minijedi en una mano y un Dentón106 en la otra... (CASI NAAAAAA) Al mismo tiempo llegan Ramón y Dani. Saludos, abrazos, besitos por aquí, cachondeo por allá.... y andando que el tiempo es oro. Rumbo al huerto de Andrés a ver que tal están las tomateras.

-Está sucia-. Dice andrés nada más ver aparecer el mar tras los edificios. Las pequeñas olillas de escaso medio metro son suficientes para remover el abundante sedimento típico de estas zonas tan homogeneas y de amplia plataforma. Sin embargo hoy estoy motivado y el hecho de pescar en agua ligeramente turbia, en la época que estamos, y en el sitio que estamos me hace presagiar una gran batida.

Cargamos todo en mi pobre coche para bajar la inmunda cuesta y ellos tres se bajan andando mientras yo les acompaño con el coche.



Una vez abajo y con bastante parsimonia como suele ser habitual, nos vamos cambiando y comentando las distintas estrategias a seguir. Hoy triunfarán los fusiles cortos y manejables debido a la turbidez del agua por lo que Andrés escoge su flamante Minijedi, Ramón y Dani sendos 90 y yo mi amado KILLER (mi beuchat mundial 100 modificado y sobradamente conocido en este foro).

Iniciamos la batida de pesca. Efectivamente el agua no está muy allá, y me da la sensación de que llevo el arma perfecta. Habrá unos 4m de visibilidad, según las zonas… La técnica a seguir, hacer esperas… muuuuchas esperas y estar siempre atento por que en cualquier momento, en cualquier lado, puede saltar la liebre (así es el cabo). En la boya llevo un 85 de similares características a mi killer (por si acaso).

Al rato de estar haciendo esperas infructuosas me llama Andrés que andaba por ahí cerca. Al parecer había disparado a un mujol gordo, pero el nylon ha partido y la flecha puede estar por cualquier rincón de la comunidad valenciana. Fondeamos las boyas e intentamos reproducir los movimientos anteriores para adivinar el vuelo de la varilla, pero la turbidez del agua, una incipiente corriente que nos desplazaba y la tupida posidonia que cubre el fondo hace que desistamos al rato. Le presto entonces mi 85 pero al cargar salta el obús smoby recién montado (habrá que poner más ímpetu en ese constrictor…) Finalmente, desmonta una de las gomas del minijedi y se la pone a mi fusil y con eso consigue seguir pescando.

Una vez solucionado el problema me desmarco un poco de la zona (con el follón de fusiles y buscar la varilla, cualquiera sigue haciendo esperas por allí…) Así que busco algo interesante más hacia adentro. En una espera veo la primera pieza interesante del día… un sargo, la escasa visibilidad no me permite apreciar bien su tamaño, en esta zona está un poco más turbia y el esparido titubea en el límite junto con otros congéneres de menor tamaño. Finalmente se decide a acercarse y se desliza lentamente entre dos monticulos hasta entrar en el campo de acción de mi killer… le apunto tranquilamente sin desviar la vista del horizonte, está tranquilo pero ahora no me parece que merezca la pena, además está muy cerca del fondo y el tiro sin duda tocaría piedra detrás así que desisto y no le tiro, aguanto un poco más y subo.

Al finalizar otra de mis esperas en un amplio canal arenoso con algunos desprendimientos a los lados, observo más adelante las siluetas de un vuelo de sargos. Podría ser interesante hacerles una espera por si hubiera uno gordo o una corva por allí. El canal no es otra cosa que una discontinuidad de unos 5-6m de ancho en una plataforma llana y rocosa tapizada de posidonia. El desnivel no llega al metro y medio y en algunas zonas presenta piedras sueltas o viseras más o menos profundas. Es el tipo de orografía que busco para ir siguiendo “il canalone” haciendo esperas consecutivamente. Las esperas las realizo en uno de los lados del canal, ya que si caigo en el centro, en la arena, estaría completamente expuesto, mientras que en los laterales alguna piedra pequeña me puede servir para ocultarme.

Me preparo mi apnea y caigo tras una pequeña elevación en la derecha del canalon que me permite apostarme en el sentido del canal quedando bastante bien oculto para las posibles presas que vengan de frente (en principio los sargos), pero completamente expuesto por los laterales y la retaguardia. Confiando que la turbidez palíe mi falta de pericia en encontrar el apostamiento adecuado, procedo con mi espera. Efectivamente veo a los sargos más adelante, están sobre una zona con algo más de desprendimiento, pero no parece haber ninguno decente. Comienzo con mi retaíla de artimañas esperiles: golpecitos, rascar la piedra, ruidicitos… sin embargo en lugar de acudir fielmente a mis llamadas, desaparecen de forma gradual en la niebla. Lentamente desaparecen de mi vista, momento en el que giro la cabeza hacia la izquierda (hacia el otro lado del canal) y con el rabillo del ojo lo veo…ahí está… remontando lentamente el canal por su vertiente izquierda y pasando a unos 4m en paralelo a mi. Tengo la tentación de girar el fusil hacia el ya que parece que no va a variar su rumbo y que va a desaparecer por delante mía, tal y como apareció, pero pienso que mi cobertura frontal le hará picar en cuando me sobrepase por lo que mantengo el fusil hacia delante sin moverlo. Efectivamente, cuando el dentón me adelanta me hundo todo lo que puedo tras la pequeña elevación. Ante este movimiento, la curiosidad le invade y gira 90º a la derecha poniendose perpendicular al canal pero sin detenerse y empieza a perderse en la turbidez. Me veo obligado a corregir y disparar antes de perder su silueta por completo. Muevo el fusil los pocos grados necesarios y sin pensarlo más dejo que mi killer haga el resto… La varilla impacta en el lateral del esparido un poco retrasado pero en firme y sale disparado, y tras él yo, que salto de mi apostamiento fusil en mano para evitar tensión en el hilo con la certeza de que se metería en el primer agujero que encuentre. Y así es, aunque le he perdido de vista ya, sigo el dyneema hasta dar con el en una pequeña grieta, ya rendido y sin posibilidades.

Tras la captura me percato que la incipiente corriente de hace un rato ya no es tan incipiente y sin llegar a ser nada preocupante, me incomoda por el hecho de no poder seguir el canalon ya que no me veo el fondo. Intento no separarme mucho pues el canal promete y decido seguirlo. En la siguiente espera caigo fuera del canal, en la meseta rocosa donde el agua además está más turbia, apenas veo 2m por delante de mí. De repente un brillo azul activa mi instinto y automáticamente adelanto el brazo y disparo. No debería haberlo hecho pues era un dentón pequeño y el killer no perdona.

Corrijo mi posición con respecto al canal y avanzo unos metros con la intención de hacer otra espera abajo en un lateral. Esta vez consigo caer bien, aquí el canal es más amplio incluso y ni siquiera intuyo el otro lateral pero el agua está aquí abajo algo más limpia. A los pocos segundos de caer, giro la cabeza y veo una estupenda dorada. Nada desconfiada y pausada a unos metros del fondo, por encima mío y fuera de tiro, además está a un lado. No parece que tenga muchas ganas de acercarse más. Por el rabillo del ojo veo que de frente viene algo… es un sargo MUY GRANDE, de hecho creo que he visto pocos tan grandes. A pesar del titubeo típico del sargo, se va acercando aunque no pierdo de vista la dorada que sigue examinandome de lejos. El sargo empieza a estar a tiro y lentamente le enfoco el fusil, está muerto ya, sin duda, sin embargo, al fondo intuyo otra cosa… ¡si! Es otra dorada parecida a la desconfiada, pero esta viene de frente, y ligeramente elevada. Sigo aún apuntando al sargo el cual lleva media hora en el horno, pero veo que la dorada segunda está decidida a entrar hasta la cocina así que aprovecho que se me cruza el sargo por delante de la dorada, aún fuera de alcance, para fijar mi nuevo objetivo. Mantengo el fusil y la dorada no se inmuta, sigue su rumbo decidida hasta que finalmente pasa lo que tenía que pasar y el acero queda incrustado en su mejilla derecha saliendo por detrás de la pectoral opuesta y quedando completamente K.O.

Levanto la cabeza buscando a los demás, y veo que estoy bastante alejado aunque no he pasado los 11m de profundidad. La corriente sigue insistiendo en llevarme aún más lejos por lo que decido que la pesca ya está muy bien y me vuelvo a contracorriente hasta que la protección del cabo me deja respirar un poco. Allí ya me encuentro con Ramón y Dani y veo que Andrés ya está sobre las rocas esperandonos. Ninguno de los 3 ha visto ni una escama… y es que esto es normal en el cabo. A pesar de mi corta experiencia en esta zona, ha habido días de no ver absolutamente nada y el compañero si, y al contrario…

Ya en las rocas con la noche cayendo sin contemplaciones sobre nosotros, nos vamos cambiando y recogiendo los trastos.






Tras dejar a Andrés en su casa, nos vamos al apartamento en Moraira para hacernos una suculenta cena.

La casa no dispone de horno, pero si de una magnífica barbacoa en un jardín comunitario. Decidimos que el dentón será el invitado de honor a la cena.








Mañana el día dos… un día muy completo, ya vereis.




Dia 2, Sábado 14 …a falta de pan…salmonetes

Ha estado lloviendo toda la noche y amanece con nubes muy negras y bajas, sin embargo no hace mucho viento, puede que el mar no esté malo aunque esté tan nublado.



Destino de hoy, Calpe… vamos a tentar un poco el peñón. Al llegar vemos que el mar está bastante bueno, el agua tiene buen color y aparentemente está tranquila. Nos cambiamos como siempre con toda la tranquilidad del mundo y al agua.

Una vez en el agua comprobamos que efectivamente está bastante aceptable, hoy serán los maderos los que tendrán su oportunidad. Yo con mi madero, Ramón con su Dentón 90 y Dani con su 90 todoterreno. La estrategia es ir haciendo esperas y acechos en busca de algo interesante. Las bajadas se van encadenando una tras otra con el mismo resultado: ni una escama decente. Al rato me dice Ramón que no está del todo bien con su oido y que no puede compensar bien por lo que se plantea una retirada. Visto lo visto no nos perdemos nada. Antes de iniciar la vuelta decido coger la cámara y hacer algunas fotos…



























Dejo la cámara en la boya y de nuevo empuño mi madero. Al poco veo una silueta familiar al lado de una piedra, es una corva maja… ante su inmovilidad decido hacerle una caída. A medio camino la corva empieza a moverse intentando ocultarse tras la piedra y al percatarme yo de eso acelero la caída con la intención de disparar antes de que desaparezca. Tenso el dedo, ya la tengo casi casi a tiro pero algo hace abortar la misión, la corva no termina de desaparecer del todo. Me doy cuenta de que la corva no está bien y finalizo la caída al lado suyo observandola. Está enganchada a un anzuelo. La trampa constaba de un plomo de pera pequeño y dos anzuelos del 6 aproximadamente que presumiblemente pertenecían a un aparejo de chambel. Uno de los anzuelos estaba enganchado en una esponja y el otro lo tenía la corva en la boca.

La corva mostraba un estado de extenuación extremo, seguramente ha estado muchas horas luchando contra la trampa. Decido entonces soltar el anzuelo de la esponja y subirme la corva con cuidado para tranquilamente soltarle el anzuelo de la boca. Y así hice, tras librarla del anzuelo bajé de nuevo al fondo para liberarla.

http://www.youtube.com/watch?v=it7WuY3dTY0

En el vídeo, que graba Dani mientras yo la suelto se puede ver el momento de la liberación y si os fijais bien, al final aparecen dos buceadores ¡que no sabíamos de donde habían salido! Y es que esa fue otra de las constantes en toda la jornada en calpe… muchísimos buceadores y muchísimas embarcaciones llenas de buceadores pasaban una y otra vez de aquí para allá.

Antes de salirnos les comento a Ramón y Dani que hay bastantes salmonetes de buen porte, que podíamos intentar hacer una salmonetada para la comida. Dicho y hecho… en un rato llevamos ya un buen pasador de salmonetes de los que dimos buena cuenta en la comida.










Después de comer nos entra la duda… son las 5’30 de la tarde, estamos un poquito reventados… ¿Qué hacemos? Da tiempo a echarse una rapidita… esa última hora mágica… puede no salir nada, o puede caer la breva y cascarle a algun bicharraco. Tras unos minutos de titubeo decidimos que no hemos venido a descansar, así que nos vamos. Destino: escollera de Moraira, escusa: aunque no pesquemos na, al menos vemos si merece la pena invertir unas horas del domingo ahí o irnos a otro sitio.

Llegamos, el tiempo se nos echa encima de una manera alarmante. El sol casi oculto entre las montañas y tapado por las nubes nos avisa del poco tiempo que hay. Nos ataviamos Dani y yo lo más rápido que podemos (Ramón prefiere no forzar, pues a la mañana en calpe no había estado muy bien de los oidos).






Nos metemos al lado de la escollera con la intención de hacer un trozo a ver cómo anda de vida. Al entrar nos encontramos con un bonito arenal en el que deambulan herreras lisas y pequeñas doradas… a lo lejos una manta gorda se despega del fondo y desaparece en la ya incipiente penumbra. El agua está limpia, aunque la poca luz que queda me a hecho decidirme por empuñar nuevamente el killer. Al poco de seguir avanzando ya por la escollera veo asombrado un numerosísimo grupo de pequeños pececillos que se agrupan en bolas y dan vueltas… ante esto solo se me ocurre caer entre dos bloques de la escollera y hacer esperas… la visión es impresionante, en cualquier momento puede pasar por allí cualquier cosa… la tensión es máxima. En algunas esperas, las iniciaba en el más absoluto de los desiertos pero al poco tiempo la bola de pescado me cubría por completo y me tapaba la luz. Un auténtico espectáculo.

Finalmente no llegué a ver nada, pero la experiencia a valido la pena. Decidimos que a la mañana siguiente, lo más temprano posible intentaríamos de nuevo la escollera. Pero ahora una estupenda dorada nos espera en el frigo lista para ser tratada como dios manda, como una diosa del mar.

Este vídeo es completamente descriptivo… sobran las palabras…

http://www.youtube.com/watch?v=er9YAeRxRD4






Mañana el último día… el domingo, el día de regresar. Tan solo pudimos aprovechar un par de horas por la mañana antes de despedirnos pero hubo emoción hasta el último momento… mañana más.


Dia 3, Domingo 15… emoción hasta el final!!!!!


El domingo amanece un día fantástico, despejado y sin viento…Antes de partir recogemos todo del apartamento pues ya no volvemos.

Hoy la pesca será corta pues tanto Ramón y Dani como yo nos volvemos, ellos tienen 7 u 8 horas de coche todavía, yo solo un par, pero tengo un compromiso familiar a la hora de comer por lo que tampoco me puedo retrasar mucho. Decidimos entonces que a las 10’30 hay que estar fuera para cambiarnos e irnos. Tendremos solo un par de horas para ver la escollera.

Llegamos con los coches y empezamos a cambiarnos allí en medio de la calle ante el asombro de los “guiris” que aún a esas horas pasean por allí. Para colmo el restaurante que tenemos justo detrás nuestro y que estaba cerrado con persianas y todo, abre justo en el momento menos oportuno, ya sabes cual…

Ya preparados nos dirigimos caminando (50m) a la base de la escollera donde hay unas formaciones rocosas a ras de agua, ideales para sentarse allí y ponerse las aletas y las gafas. Esta roca termina de repente y cae a 2m de profundidad para elevarse nuevamente 4 o 5 metros más adelante pero sin llegar a superficie y después ya se va intercalando roca con arena y alga cogiendo profundidad muy progresivamente.

El agua está especial, muy clara y con el arenal blanquísimo repleto de vida igual que la tarde anterior: mabres, lisas, doradas pequeñas, lenguadillos… antes de alcanzar la escollera propiamente dicha pruebo a hacer unas esperas en el arenal pero las piezas que se ponen a tiro no dan talla.

La escollera tiene un tramo recto no muy largo perpendicular a la costa y luego tras una curva de casi 90º empieza el tramo largo que recorre todo el puerto de forma casi paralela a la costa. La estructura está formada por piedra natural (no bloques de hormigon) y alcanza una profundidad de unos 10-12m hasta terminar en un arenal. Este arenal continúa en una pradera de posidonia en la cual se pueden observar pequeños desniveles de vez en cuando. Yo, una vez llegado a la curva, decido separarme y explorar esos desniveles. Aquello es un desierto, no hay rastro de vida por ningún lado… solo merlos y alguna vaquilla asoman desganados a mi paso en largos acechos por los cortes. Antes de volver de nuevo a la escollera un sargo de porte interesante se queda inmóvil en un pequeño banco de arena, intentando disimularse junto a una mata de posidonia. Le hago una caída que me aguanta perfectamente pero fallo el tiro con el madero… la poca superficie que me ofrecía el sargo y una ligera desviación de la punta de la varilla (que ahora observo) han sido suficientes para no acertar a un blanco de 5cm.

Ya sabiendo el estado de la varilla pienso que los tiros debo ajustarlos al máximo así que para la próxima ya lo tendré en cuenta. Me dirijo de nuevo a la escollera y observo que la vida brilla por su ausencia… no hay absolutamente nada, hago esperas a media altura, a fondo, arriba… de todo, y nada, sargos mini-mini, lisas y salpas. Llego a la punta y la cosa no cambia así que doy media vuelta y me voy a buscar a Dani y Ramón que van todavía por la mitad de la escollera. Les comento que no he visto nada, ellos tampoco. Pensamos que sería buena idea salir un poco antes y así poder hacer un buen desayuno antes de coger el coche… ¡¡la idea suena genial!! De vuelta solo voy pensando en el bocadillo que me voy a pedir en cuanto lleguemos… Pasamos la escollera, llegamos a la curva e intento de nuevo unas esperillas en el arenal a ver que tal, pero nada… mucha más vída que en el resto de la zona, pero nada interesante.

Nadando por superficie veo unas marcas triangulares en la arena, parece como si una raya hubiera pasado aquí la noche… las marcas tienen como 1m de ancho y hay varias en distintas orientaciones (yo también me muevo mucho por la noche)… sigo investigando las marcas.. y efectivamente, ¡¡aquí está!! Unos metros más adelante se puede adivinar un par de ojos, un poco la silueta y la cola con aguijón incluido. Creo que es una Altavela (Gymnura altavela), incluso diría que es la misma que vi ayer por la tarde… me separo para no asustarla y llamo a Dani y a Ramón… viene Dani y se la muestro, Ramón no se que estaba haciendo pero se perdió el espectáculo… jejeje… Es bastante grande, tendrá como 1m de ancho y medio de largo, bajo varias veces muy cerca de ella y no se inmuta… estará dormida… Le retiro arena de una de las aletas mostrando una bonita coloración con puntos. Ni se inmuta. Le levanto un poco el ala… ¡¡Joder, si hace hasta ventosa!!. Sigue sin inmutarse… ¿estará muerta? Le levanto un poco más el ala y ahora si… pega un aspaviento y se levanta instantaneamente del fondo y con dos potentes aladas se pone en movimiento para desaparecer lentamente en la lejanía. Precioso. Bueno, ya ha merecido la pena meterse esta mañana.. jejeje.

Nos dirigimos ya hacia el punto de salida… ramón ya está sentado quitandose las aletas, dani de camino más adelantado que yo, que decido aún hacer algunas esperas a ver si algún mabre da talla… nada, son todos pequeñajos. Levanto la cabeza y veo que dani ya está en la piedra, les hago un gesto para darles a entender que voy para allá… Cuando estoy a unos 15-30m de la piedra de salida veo a mano izquierda (lado contrario a la escollera) que hay un grupo de sargos nerviosos que entran y salen por entre la cresta rocosa que se levanta a unos metros de la plataforma que ya sale a superficie. Pienso que igual hay algo acechando por ahí, me dirijo hacia allí despacio, pegado a la costa… en mi cabeza hay dos nombres: lubina y palometón. Delante de mi, a unos 5m, sale despavorida de detrás de una piedra una lubina pequeña. No achaco a mi presencia ese comportamiento, todavía estaba lejos y voy muy despacio… tiene que ser otra cosa…y no está muy lejos… Algo me llama la atención y giro la cabeza hacia fuera, perpendicular a la costa y a mi, un palometón pequeño nada a medio metro de la superficie alejandose de la escena… ya me estoy poniendo nervioso, aquí está pasando algo y yo no me entero. Estoy situado pegado a la pared que toca la superficie, apenas hay 2m de profundidad y a 5 metros de mi por fuera está la cresta rocosa como de 1m de alto, llena de oquedades y grietas… de repente, por detrás de esa cresta asoma un dentón de unos 4-5kg, se levanta y me mira con cara de “vale vale, ya me voy…” se gira y empieza a nadar despacio hacia mar adentro, acto seguido le siguen otros dos de similar tamaño que todavía no había visto… solo se me ocurre soltar todo el aire y dejarme caer al fondo sin mover una pestaña. Giro el fusil 90 grados cuando ya tengo la cobertura de la roca, pues lo llevaba mirando en paralelo a la costa. Y me asomo por una abertura en el “carpelo” veo venir al palometoncillo de antes, me pasa literalmente por encima… pero no hay rastro de los dentones, me estoy poniendo azul ya, pues las esperas a pulmon vacío no son mi fuerte, así que no puedo esperar por si volvieran, subo apoyandome con la mano izquierda en la piedra. El corazón se me va a salir… nado despacio por superficie en busca de un apostamiento más adentro, por si se hubieran quedado algo más allá, esperando a que me vaya para terminar su festín (se estaban aplicando unos pinchitos de pulpo… pues vi la guarida el pulpo vacía y removida). Pero nada, lo intenté 5 o 6 veces más por aquí y por allá… en varias me venía el palometoncillo pero nada más. Me fijé que aquella zona estaba plagada de pulpos, había muchas guaridas de pulpo, algunas vacías y otras con pulpo… no muy grandes.

Levanto la cabeza y veo a Ramón y Dani mirandome desde la piedra con cara de … “¿que coño hace este tío?” así que me dirijo hacia ellos para contarles lo sucedido.

Nos salimos, nos cambiamos y buscamos algo donde saciar nuestro apetito, lo único que encontramos es un bar inglés donde nos aplicamos un desayuno inglés (claro… ) que incluía pan tostado, dos huevos, 2 bacon, 2 salchicha, tomate y alubias…buenísimo.

Ya nos despedimos y sin darnos cuenta ya estamos haciendo planes para la siguiente…

Del domingo ya no hay fotos, tenía poca batería ya en la cámara y para tan poco tiempo no me la lleve al agua, luego me acordé (y me cagué en tó) cuando estuvimos jugando con la altavela…Luego ya con las prisas y tal pues no nos hicimos una foto de despedida del grupo, pero bueno, tenemos muchas fotos. Bueno, ellos dos también llevaban cámara, así que espero que las vayan poniendo aunque se repitan muchas cosas.

Espero que os haya gustado.

Saludos.