Bienvenidos

Bienvenidos a mi blog personal.
Me llamo Fran y soy Pescador Submarino.

La idea de este Blog es tener mi propio rinconcito donde ordenar todo mi material para poder compartirlo con los amigos y compañeros de este mundo de la pescasub.

Hay contenidos en relación con el material de pesca y diversas adaptaciones que yo hago, pruebas etc (M). También hay relatos de jornadas de pesca (R) y por supuesto también me haré eco de las noticias (N) publicadas por la Asociación de Defensa de la Pesca Submarina (ADECASUB) , de la cual soy presidente en la actualidad.

Siéntete libre de comentar todo lo que te parezca oportuno.

Saludos y Bienvenido

27 noviembre 2006

(R) --->nosolodentice<---

El viernes tarde un fuerte leveche castigaba nuestro huerto dentonero por lo que no se pudo hacer gran cosa. Aún así, con la moral bien alta dijimos de intentarlo. El fuerte viento azotaba sin compasión el vello de nuestros erizados culos mientras intentábamos calzarnos el 7mm. Una vez acomodados y ya calentitos comprobamos que iba a ser difícil pescar. La escasa visibilidad, la corriente, olas de tamaño considerable que rompían con estruendo contra las oscuras rocas metamórficas auguraban una difícil tarea.

Tras unos cuantos intentos de espera, que realmente eran acechos pues era difícil mantenerse quieto, un ligero mareo se empezaba a apoderar de mi por lo que decidí cambiar de espárido a serránido practicando unos acechos en cota cero a ver si había suerte. Con el tiempo ya agotado dimos por finalizado nuestro nuevamente frustrado intento de pesca.

Por la noche vino Andrés para compartir una inmejorable velada que incluía el visionado y babeado de varios de sus vídeos de pesca, diversos bricosubs, cena a base de pizza y refresco de naranja todo ello amenizado con interesantes conversaciones de temática diversa.

El sábado amanece tranquilo en La Torre (residencia veraniega familiar y puerto base de nuestras pescas). Andrés se marcha pues no puede pescar por una reciente lesión de rodilla. Alvaro y yo tenemos que tomar una decisión... ¿qué hacemos? básicamente 3 opciones, una es ir a nuestro huerto, aunque visto lo visto ayer tarde... buff.. otra es coger el barco, pero pensando en el posible leveche fuerte que saltará a medio día lo descartamos también. Nos queda la opción de meternos allí mismo, por la playa como antaño acostumbrabamos, a patitas.

Entre unas cosas y otras se nos hacen las 10 am, pero eso sí, con los trajes puestos de casa, en la ducha calentita... una gozada.



Con la incertidumbre de no saber con que nos vamos a encontrar, nos encaminamos a la playa mientras me voy construyendo mentalmente una ruta para poder pasar por todas las piedras buenas que conozco y tras esto, si hay ganas, tirar para adentro a ver si encontramos una barra que vi una vez que estaba exactamente a tomar por culo, también llamado quinto pino, allá ca dios, o donde cristo perdió las alpargatas.

Una constante durante "casi" toda la jornada: "desierto total"... una por una todas mis zonas aparecían deshabitadas, largas esperas en la más absoluta soledad mellaban nuestro ánimo. Tan solo las omnipresentes julias, mojarrillas y tentadores merlos paseaban tranquilos ante nuestra insistente presencia. Una vez agotadas todas mis zonas y visitadas todas mis piedras VIP (very important piedra) decidimos inspeccionar mar a dentro la yerma extensión de posidonia y arena que ante nosotros se iba descubriendo conforme avanzábamos lenta y pausadamente sin cesar en nuestro empeño. Las horas se iban acumulando sobre nuestros cuerpos y no eramos capaces de encontrar ni un solo resquicio de vida. La visibilidad, aunque buena, no permitía ver el fondo y ya llevábamos un buen rato a base de caídas, largos planeos. Finalmente el fondo empieza a acercarse, algo me dice que nos acercamos a la tan ansiada barra. Efectivamente habíamos llegado, sólo había estado aquí antes una vez en barco pero la reconozco incluso recuerdo algunos detalles.

Es necesario caer constantemente pues hay un poco de corriente y la zona pescable apenas tiene 5-10m de ancho, si caes fuera de la zona no te comes una rosca. La acumulación de vida en esta zona es considerable, muchísimas obladas entran y salen de las oquedades y viseras mezcladas entre bancos de salpas, bogas y castañuelas. El pescao está muy listo y solo es posible acercarse preparandose todas las caídas muy bien, haciendo largas esperas y largos acechos. Finalmente tras otras tantas horas hemos recorrido bastante distancia de barra y hemos conseguido algunos peces. Son las 16'30 y ponemos rumbo de nuevo hacia la playa.

Durante el interminable trayecto de vuelta, hago una caída con el fin de planear a una profundidad que pueda controlar el fondo. El fondo está compuesto por arena con algunas manchas de posidonia. Algo llama mi atención, más alante hay una sombra oscura en el fondo, a priori parece una acumulación de posidonia muerta sobre la arena, fijo mi atención mientras que me voy acercando, lentamente... ¡¡ES UN TIBURON!! no me lo puedo creer... pero mi apnea está ya al límite y subo buscando a alvaro haciendole señas... "No te lo vas a creer... ahí abajo hay un tiburón..." la cara de asombro-incredulidad lo dice todo... Sin embargo desafortunadamente no lo pude volver a localizar, entre la emoción que no me permitió volver a bajar enseguida y la leve corriente que había no conseguí volver a localizarlo.

Ya llegando a la playa, una última inspección a unas piedras que visitamos al inicio de la jornada y que ahora presentan algo más de vida, y consigo hacerme con un par de corvas y una doradita. Alvaro se hace con un mujol muy bueno también y tras 8 horas nuestros pies vuelven a tocar tierra firme. Nos desincrustamos las gafas de la cara y nos arrastramos hasta mi casa con los bartulos ahora más pesados que nunca.

Las fotos de rigor y a contar las horas y minutos que nos separan de la próxima salida de pesca.


13 noviembre 2006

(R) Tutto Dentice (lontano)

La verdad que no se como titular este post… quizás pueda dejarme llevar por la originalidad de muchos fabricantes de software que suelen llamar por defecto a los archivos “untitled”, sin título, o como en el caso del word, “documento1”… en este caso en un alarde de adaptación podría llamarle simplemente “post”. Sin embargo me he decidido por el que he puesto por que quizás sea lo más relevante de este relato, en el cual intento plasmar las situaciones de pesca vividas este fin de semana que a decir verdad, ha sido muy completo.

Creo que si hay algo que caracteriza mis relatos es la longitud… ya me han comentado varias personas, que muchas veces no son capaces de leerlo todo. Pero que le voy a hacer, necesito extenderme y contar todos esos detalles para que la historia sea completa y que el sufrido lector pueda sentirse en mi piel al leerlo (me gusta pensar que lo consigo con algunos).

Por lo tanto he decidido que no voy a cambiar mi forma de contar las cosas pero, en la medida de lo posible, intentaré al final hacer un resumen muy muy corto para que el que quiera pueda irse al final del post y leer los cuatro detalles que pueda resumir junto con las fotos. Dicho esto, sentiros libres de ir al final del post a buscar la foto y el resumen ya que el siguiente párrafo ya es el inicio de mi relato.

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Viernes, 10 de Noviembre de 2006. 20:00h
Esta tarde no he podido ir a pescar, estoy haciendo un curso y acabo de terminar las clases, como siempre, el coche en la puerta preparado para salir.
Llego a mi casa en la playa a las 22:00. Viento cero, temperatura ambiente 14.5ºC. Hace fresquillo. Varias cosas por hacer antes de irnos a dormir: recortar las gomas de mi madero, hacer más pequeños los obuses, poner acolchado en el soporte de carga del madero, afilar un poco la varilla y agrandar ligeramente los “tetones” de la varilla (el dyneema de 2 entra justito). Mientras que estoy haciendo los deberes llega Alvaro. Termino de hacer las cosas y a dormir que son la las 12:00 (como pasa el tiempo haciendo nuditos y todo eso).

Sábado, 11 de Noviembre de 2006. 6:15h
Suena el $%&••!”$• despertador… remoloneo un poco, buff… que sueño… de repente, una imagen pasa por mi cabeza, los dentones del otro día… ojos como platos y pego un brinco de la cama. Terminamos de meter las cosas en el coche y salimos rumbo a nuestro sitio (me lo sigo guardando eh…).

Cuando llegamos, tras la correspondiente parada en la gasolinera para hacer un desayuno de campeones, ya ha amanecido. Estamos solos en la playa, el mar plato y una rasca considerable… Deseosos de enfundarnos nuestros respectivos 7mm vamos poniendonos en marcha con la parsimonia correspondiente. Yo estreno traje… mi flamante marea, ya es hora de probar el mimetismo de ese “dec_12”. Mi mayor temor es no disponer de plomo suficiente, ya que solo tengo 2kg más, pero luego comprobaré que voy perfecto (en total, 8+4). También tengo que probar la nueva configuración de mi legno, le recorté un poco las gomas y aproveché para meterle un smoby en la goma larga, pensando en intentar que la goma de atrás vaya un poco abierta y no aprisione a la corta que queda “abrazada” por esta. La goma corta sigue manteniendo el obús de dyneema típico.

Ya en el agua comprobamos que la visibilidad es estupenda y que hay una cantidad anormal de sargos (de escaso tamaño). Bancos de salpas gigantes (boops gigas) pululan por todos lados aparentemente tranquilas y vuelos de mojarras amenizan las largas esperas.

El fondo está compuesto en la mayoría de su extensión por numerosos bloques de grandes dimensiones diseminados y alternados con rocas más pequeñas, posidonia y arena. Desde la zona de acceso se va cogiendo profundidad de manera más o menos uniforme hasta morir en arena a unos 13-15m de profundidad. El objetivo está claro: dentex, aunque no le hacemos ascos a un buen sargo/corva/lecha… ya me entendeis.

Tras una primera fase de reconocimiento poco fructifera los dos coincidimos en la cantidad de sargos que hay, pero ni una cola del preciado espárido. Decidimos desplazarnos poco a poco hacia una zona más propicia. Fondeamos boya y nos ponemos a hacer esperas. Tras un rato Alvaro me comenta que en una de sus primeras esperas vio una lecha de porte interesante y más lejos, dos grandes colas sospechosas que se perdieron sin dar opción. Bueno, al menos hay indicios… habrá que seguir insistiendo. De nuevo al rato decidimos que hay que cambiar y nos dirigimos a unas piedras que nos gustan.

Al llegar, Alvaro hace una primera espera en el límite de la roca con la arena, al subir me comenta que hay mucho sargo, algunos buenos, pero no le han dado tiro. Me toca a mi, me preparo y bajo… fijo la vista en el fondo mientras caigo para no distraer mi atención, prefiero llegar y colocarme ya que ese puesto lo conozco bien. Nada más tocar fondo veo un dentón pequeño que viene enfilado sin titubeos, no le hago caso y termino de colcarme. Cuando vuelvo a mirar ya tengo el denton pequeño encima mío y más atrás, viene otro de tamaño aceptable… no tiene mala pinta, viene también sin mostrar el más minimo temor. Le enfoco el madero y lo paso al hilo sin problemas. No es un gran dentón, ni mucho menos, pero tiene un tamaño muy bueno para dos personas. Es el turno de Alvaro, le comento que no he visto más dentones, sólo estos dos, aunque han entrado tan rápido que tampoco he tenido tiempo de observar detenidamente si había más (error…). Se prepara y baja, le veo posarse 15m más abajo y enseguida veo que saca el fusil, parece que está siguiendo algo, duda un segundo, corrige y dispara. Me apresuro en bajar por si fuera necesario ya que no se a que ha disparado… veo que Alvaro se abalanza sobre una piedra bajo la cual se pierde el nylon mientras el madero flota buscando superficie. Veo que asoma un dentón… tiene buen tamaño, es más grande que el mío… Alvaro lo tiene en la mano, pero el nylon está enredado en la piedra y lo tiene que dejar para subir, yo cojo su madero y suelto el carrete para subir hasta la superficie. En la siguiente bajada no hay problema y el denton sube con nosotros.

Según me comenta Alvaro, en el momento del disparo se ha percatado de que había más dentones que se mantenían a distancia y que han huído. Hacemos varias esperas más por si no se hubieran ido muy lejos, pero la fortuna no lo ha querido así y no volvemos a verlos. Sin embargo me percato de la presencia de buenos salmonetes. Grabamos la captura de dos de ellos, y algún fallo.

Aquí los vídeos…






Viendo que ya los salmonetes se complicaban y con un par de buenos ejemplares en el pasapeces, decidimos no apurar más la mañana y salirnos, comer algo y luego meternos de nuevo para apurar las últimas horas de la tarde.

Al salir, unas fotos…







Tras comer y descansar un poco, de nuevo al agua… las espectativas son buenas, seguimos estando solos, no hay más pescadores, sólo una familia extrangera se baña en la playa. Tampoco hay mucho tráfico de barcos, pese al buen día. Confiamos que conforme baje el sol, los dentones se acercarán… hay que estar atentos.

Tras unas primeras apneas para abrir pulmones (de nuevo), llego a una zona de unos 7-8m de profundidad. Me preparo bien y caigo sobre una pequeña piedra aislada y solitaria en una pequeña llanura de arena y posidonia. Me coloco encima de la piedra para tener más campo visual y hago una panorámica con la cabeza en busca de indicios. No veo nada, me dejo caer a un lado de la piedra y me pongo en posición. Unos pequeños sargos tranquilos nadan cerca de mi, a la derecha un poco elevados, más adelante y un poco a la izquierda hay una piedra grande y justo enfrente mío, en el límite de la visibilidad (8-9m) otra piedra en la que intuyo un cardumen de salpas. Toc toc…nada… las salpas se levantan curiosas… toc toc… nada.. miro a izquierda y a derecha… nada… toc toc… vuelvo la mirada al frente y ahí está… el banco de salpas se ha agrupado y forma una pelota compacta ya su derecha la silueta inconfundible. Me mira de lejos, quieto, tranquilo… indiferente. Toc TOC (insisto)… a la vez, me achato contra el fondo intentando atraer su atención (siempre me funciona…) Hace un ademán de venir, lo que hasta entonces era una silueta toma color dejando ver ese lomo azul eléctrico. Las salpas a su paso se van hacia el fondo para desaparecer entre las piedras. Se detiene. Me observa. Está indeciso entre su curiosidad y su indiferencia. TOC TOCCCCC, si me aprieto más contra la piedra la romperé… otra arrancada, enfila, avanza… se vuelve a parar. Se da la vuelta, pero no parece convencido… no está seguro todavía, se vuelve a girar… TOCCCC TOCCCC TOCCCC…. Ahora si, arranca, definitivamente viene hacia aquí… pero corrige y en lugar de venir directo traza una trayectoria oblicua hacia mi izquierda que le hará pasar por detrás de la piedra grande que tengo delante de mí. Va a desaparecer… tengo un segundo para pensar que hacer… me la juego y salgo de mi puesto como una exalación apuntando hacia donde debería aparecer… adivino su dorsal y su cola en el perfil de la piedra… mantengo la alineación del fusil, tiene que aparecer, 3, 2, 1… 1… 1… ehhh… donde está?? De repente aparece!! Pero lo hace tan cerca de mi que no tengo claro quien se asusta más… pega un quiebro a la vez que intento corregir la trayectoria del fusil, se ha puesto de cola, disparo sin pensar pero la varilla pasa a escasos centimetros. Me queda un poco de apnea aún y me quedo inmóvil viendolo desaparecer completamente acojonado.

Tras maldecir un rato mi mala suerte, me dispongo de nuevo a seguir con la pesca, todavía queda tiempo y este dentón solitario no es lo que estaba esperando… pues tengo la esperanza de que cuando caiga el sol aparezca el gran banco.

Sigo con las esperas por aquí y por allá… en mil sitios, en todas las orientaciones, cubierto, sin cubrir, con pequeños acechos… de todo. Le comento a Alvaro lo del dentón y el me dice que no ha visto nada todavía. Seguimos con lo nuestro, todavía quedan 20-30 minutos de luz… se acerca la hora.

La luz inclinada del moribundo sol ya no llega como antes y cuesta distinguir bien el fondo. En mi lento desplazamiento por superficie adivinio la silueta de una estructura rocosa familiar… ¡¡claro!! En esta piedra fue donde fallé el primer dentón hace dos semanas… la estructura rocosa está formada por unos bloques grandes de unos 2m de alto sobre un fondo llano de arena y posidonia. En el límite de la estructura hay una piedra rectangular que deja un pasillo con la anterior formando una especie de “balcon” hacia la llanura que se abre frente a esta última piedra. Recuerdo que en la otra ocasión, los dentones deambulaban en esa zona por lo que ese balcón es un sitio bastante bueno para una espera. El que los haya visto una vez no quiere decir que vayan a estar ahí siempre, claro, pero por intentarlo…

Ventilo bien y caigo… no quiero mirar por lo que fijo la vista en el pasillo para caer en el y luego asomarme por arriba. Desaparezco entre los bloques y remonto la piedra hasta asomarme despacito por arriba… ¡¡¡SI!!! ¡¡Están ahí!! Puedo ver 2 lomos lilas, nerviosos ante mi presencia elevada. Mi estrategia es la misma que la del otro día, puesto que funcionó (aunque fallé el tiro). Me dejaré caer de nuevo por el pasillo, desapareceré de su vista y me asomaré por un lateral de la piedra, a ras de suelo, bien oculto por mi lado izquierdo mostrando solo el brazo del fusil (y la cabeza, claro). Caigo al pasillo, me desplazo con la mano y me asomo despacio despacio, no los veo, saco el fusil y me asomo un poco más… ¡¡ahí están!! ¡¡Pero son más!! Hay 6 dentones de buen tamaño y otro de tamaño mediano. Empiezan a rotar a unos 6-7m de mi, cruzandose entre ellos, pero sin venir… de nuevo probamos la estrategia de siempre… TOC TOC y para atrás… Uno me encara, pero es el pequeño que viene enfilado… paso de el, los grandes aún me miran atrás, cruzandose como si se contaran cosas al oido cuando pasan uno cerca de otro… Insisto en mi estrategia… TOC TOC… esta vez, el banco entero en su ir y venir empieza a rotar sobre mi posición, manteniendo la distancia, buscando un ángulo mejor para verme. Esto no me viene bien, pues hacia mi derecha estoy descubierto, por lo que sigo retrocediendo mi posición metiendome aún más en el pasillo. Uno de los grandes pasa pegado a la piedra a mi izquierda asomando a distancia de tiro, pero no me da tiempo de mover el fusil, no lo había visto venir. El resto sigue manteniendose, estiro el fusil evaluando la posibilidad de disparar, pues mi apnea se agota y la alarma de seguridad (fisiologica) me dice que vaya terminando, el D3 me confirma la situación. desestimo el disparo y opto por retroceder todo lo que pueda y subir intentando no asustarlos.

Infructuosas fueron las esperas siguientes intentando localizarlos de nuevo. Al poco tiempo oigo a Alvaro maldecir pues había fallado un dentón suicida (que lo cuente el).

Damos por finalizada la jornada que a pesar de la porra vespertina, los dos dentones y los dos salmonetes de la mañana son una estupenda recompensa (quizás un poco escasa) al esfuerzo realizado.

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Resumen:

Tras un laaaaargo día y muchas horas en el agua, dos dentones pequeños, dos salmonetes interesantes y tres oportunidades fallidas con dentos buenos (dos yo y una Alvaro).

--No os quejareis de resúmen ehhhh—

Saludos.